Nuevo artículo de Aguinis en tono alarmista: en cuanto Irán esté en condiciones de producir la bomba, la produce y la lanza o hace lanzar.
Antes de vaticinar el armagedón, Aguinis hace una referencia histórica y califica de "estúpido apaciguador" a Chamberlain. Lo primero puede ser, pero ¿apaciguador? Quizás algún dia Chamberlain sea reivindicado como quien lejos de perder tiempo, más bien lo ganó para una debilitada Gran Bretaña necesitada de rearme y alianzas. Los sacrificios de 1938-40, el antúltimo de ellos Noruega (que le vale la renuncia a Chamberlain), y finalmente Francia y Paises bajos, podrían ser vistos como intentos de retrasar a Alemania, mientras Gran Bretaña se aprestaba para la defensa nacional, como paso previo a acudir desesperadamente a EEUU y la URSS, con mucha cuota de oportunidad. Ésto último + la caída de Francia/Paises bajos corre ya por cuenta del gobierno de Churchill. Y es que la guerra ganada por Gran Bretaña y sus aliados fue declarada por Chamberlain luego de concluir su programa de racionalización industrial en los años 30´s, aunque los anti-appeasers se empeñen en ilustrar a Churchill como el único que se plantó a Alemania.
Aguinis habla de los antecedentes de la WW2 porque entiende sus lecciones aplicables analógicamente al caso de Irán. Sin embargo, como ya se dijo, las situaciones son distintas en cuanto a la motivación dilatoria de la política exterior de Gran bretaña en 1938, cuando todavía no estaba lista para la guerra, y ahora, que sí lo está, con más y poderosos aliados. De hecho ella misma es un aliado menor.
Por otra parte acusa a Irán de liderar un "eje islamofascista internacional". Sé que el nombre es lo de menos, pero en este caso se justifica la puntillosidad en preguntar el porqué del reemplazo del viejo denominativo. ¿Irán no estaba acaso en el eje del mal? Quien acuñó o se hizo famoso por denunciar y amenazar a ese eje bajo dicho rótulo tampoco era ajeno al uso de la expresión 'islamofascista'. O sea, por patético dejamos de usar un bushismo, pero su lugar lo sustituímos por otro tan bushista como patético. El eje del mal, aunque sonaba maniqueo, respetaba más la identidad multicultural de sus integrantes. No importaba si Corea del norte, Irán, Iraq, Venezuela, etc. eran islámicos y fascistas, sino si eran malvados. Ahora con el eje islamofascista deja de importar si son malvados, para pasar a tener relevancia el carácter islámico y fascista, elementos, al menos el primero, difíciles de encontrar en Venezuela, el supuesto aliado de hierro de Irán.
No digo que la advertencia de Aguinis no pueda tener razón. En cierta medida comparto el recelo por el programa nuclear iraní. Prefiero que nadie tenga bombas, pero como primero reconocen sus tenedores, esto ya no va a ser así. Tampoco lo voy a responsabilizar a Aguinis de crear la analogía Alemania-Irán; sabemos que él no la inventó. La falacia ad-hitlerum reune adherentes en todas las épocas y lugares, tanto como que tener bigote es ser fascista, y si se le agrega barba, islamofascista.
Con similcadencia diremos que a este aprovechador ex-progresista solo le podemos reprochar su réproba y oprobiosa propalación de propaganda derechista. No es la primera vez que lo hace de forma tan indisimulada en La nación. Ni si quiera debe ser la décima; es más, perdí la cuenta.
Acá algo debemos decir del diario, pues nadie ha estado tan dispuesto a publicarle cualquier panfleto. Ya que estos auténticos socios ahora sacan una colección con la obra literaria, ensayística y panfletaria de Aguinis -incluyendo una biografía suya (!)-, ¿por qué no recopilan todos los artículos de los últimos 2 o 3 años en un tomo? Joaquím Morales Solá lo hizo, aún sin el auspicio explícito del diario. Podrían llamarlo El atroz encanto de ser de derecha 3: ahora con más Kirchner, Irán y Hitler que nunca. Lo bueno es que, a diferencia de las columnas de Joaquím Morales Solá, no se desactualizaría nunca. La unión metáforica y atemporal entre Kirchner, Hitler e Irán es actual y está más vigente que nunca. Ya está integrada al perenne patrimonio cultural occidental, tanto como las recurrentes fábulas y apólogos grecorromanos presentes en las columnas de Mariano Grondona. Eso sí, en la contratapa deberán aclarar: "posible edición definitiva sin reedición ni reimpresión, debido a causas fortuitas relacionadas con el fin del mundo".
¿Quiénes son entonces los cómplices de buena conciencia?
viernes, septiembre 18, 2009
El atroz encanto de ser de derecha
Etiquetas:
Aguinis,
Guerra,
Ideologías,
Irán,
Medio oriente,
Segunda guerra mundial
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
7 comentarios:
Marcos:
Excelente post.
Obviamente este tipo no esta ni remotamente capacitado para entrar en un tema demasiado complejo como es la (actual)politica internacional.
Y si nos damos una vuelta por casa, es hombre nos ensena el porque el Sr K puede hacer lo que le viene en gana,para bien o para mal.Con "opositores" asi tenemos K para rato.
Saludos
ramon c
Todos los clichés juntos. Solo le faltó encontrar algún self-hater.
Discursivamente, un mamarracho, por lo menos para mí, que deploro la aplicación contemporánea de la narrativa de la SGM con todas sus categorías y analogías. No niego que puedo llegar a ser muy repetitivo con esto.
Luego, obviamente el tema de fondo es jodido, no se trata de minimizar el asunto.
Una acotación, en cierta medida relacionada, que no amplío demasiado y pido disculpas por la redacción descuidada porque escribir con la mano izquierda me cuesta mucho.
Churchill le criticaba a Chamberlain ( y a Francia) que luego de haber permitido que Alemania se rearme; se trague a Austria y Checoslovaquia, y , para colmo, después de desalentar cualquier acción conjunta con la URSS, haya declarado la guerra, en el peor momento, para “garantizar la integridad de Polonia”, país al que no quería demasiado. Acusaba a Polonia de “with hyena appetite had only six months before joined in the pillage and destruction of the Czecoslovak State”. Para él hubiera tenido sentido pelear por “Czechoslovakia in 1938, when the German Army could scarcely put half a dozen trained divisions on the Western Front, when the French with nearly sixty or seventy divisions could most certainly have rolled forward across the Rhine or into the Ruhr” ( “The Second World War”. vol I, pp 311-12 ).
Dice Liddell Hart que, como todos los líderes británicos de esa época, Churchill estaba opinando y actuando con la cabeza caliente (hot-heaed) y no con la cabeza fría, típica del “British statemanship”. Churchill, criticaba lo que en su momento, había apoyado (las garantías a Polonia).
Parcass, opinar es gratis, si lo sabrá Aguinis, que mantiene el espíritu de cuasilibrepensador todoterreno, pero rentado. Como decis, mientras nos da lecciones sobre instituciones.
Claude, si hay argumentos de peso para creerle sobre Irán, no deben ser estos, o al menos desacredita su planteo con esta pseudo argumentación. Entendemos a lo que va, pero mejor evitarse el costo de acudir a una analogía tan gastada y cargada.
Carlos, si tus intervenciones, acá y en otros lados, normalmente valen oro, ahora con una mano valen como un diamante.
Efectivamente, ahí debía haber una interna conservadora, no exenta de politiquería y por ahí de cuestiones personales. Podemos decir que reflejaba la intención de Churchill de tomar una acción rápida e indolora, para evitar males mayores, como para no dejar crecer el tumor, y aparte teniendo a la vista el otro gran problema de Europa, que era la URSS. Y no hablemos ya de Japón. Chamberlain en cambio parecía más dispuesto a aplazar el conflicto, pero de alguna manera asumiendo que a la larga lo debería afrontar. Y buen dia ya no se fijó demasiado en qué condiciones estaba el país para enfrentar el desafío. Comparto que se confiaron demasiado de Francia.
en la película "lo que resta del día" se hace una dura caricaturización de los appeasers de esa época...
Cuando alguien dijo que en su esfuerzo para lograr que Clement Attlee aceptara lo acordado en Munich, Chamberlain "resembled a snake dominating a rabbit", Churchill dijo "It's most like a rabbit dominating a lettuce".
Sin embargo, luego de todo lo que dijo de los dos PM, sobre todo de Attlee a quien despreciaba, con el tiempo les reconoció su rectitud y sinceridad.
Perdón debí decir:"It's more..." no "It's most..."
Publicar un comentario