martes, marzo 22, 2011

Nikita ni pone

Hace unos días terminé con el libro de Gaddis. En los últimos capítulos, conforme se acercaba a nuestros tiempos, se fue haciendo más predecible a medida que el relato se acomodaba más a la narrativa triunfalista norteamericana que ensalza las figuras de Reagan, Thatcher, Juan Pablo II, Walesa, Gorby y Deng por cómo se la jugaron, a diferencia de mediocres identificados con la distensión (détente) como Nixon y Brezhnev.
Me sigo quedando con la figura de Nikita. No se a cuántos mató y encarceló, pero me resulta simpático. Aquí algunas de sus participaciones en la época más caliente de la guerra fría:

Berlin constituye los testículos de Occidente. Cuando quiera oír cómo grita Occidente, apretaré en Berlín. (p 85)

Sobre el envío de misiles a Cuba: “¿Por qué no meterle un erizo al Tío Sam en los calzones? (p. 89).

En cierta ocasión, mientras intimidaba a su visitante estadonunidense, Hubert Humphrey, se detuvo para preguntar a de dónde era su invitado. Cuando éste señaló Minneapolis en el mapa, Jruschov trazó un círculo con un gran lápiz azul y dijo: “No olivdaré ordenar que los misiles dejen a salvo esa ciudad”. (p.84)

Frente a un grupo de diplomáticos occidentales: “Les guste o no, la historia está de nuestro lado. Los enterraremos” (p. 98)

Reacción al XX congreso del PCUS: El líder del partido polaco, Boleslaw Bierut, sufrió un ataque al corazón mientras leía el discurso de Jruschov y murió poco después. (p. 120)

En su funeral Jruschov dijo “Estoy plenamente seguro de que lograremos un cierre de filas sin precedentes tanto en nuestro partido como entre la gente cerca de a nuestro partido”.

Con la esperanza de evitar nuevos disturbios, Jrushov dispuso en julio de 1956 apartar del poder al líder estalinista húngaro Matyas Rákosi. Le dijo a Rákosi que estaba “enfermo” y necesitaba “tratamiento” en Moscú. (p. 121)

Su defensa ante la destitución: "¿Alguien se habría atrevido siquiera a soñar con decirle a Stalin que tal vez debiera retirarse, porque había dejado de convenirnos? No habría quedado ni rastro de quien lo hubiera hecho. Ahora todo es distinto. El miedo ha desaparecido y hoy podemos hablar como iguales".

“Me alegra que el partido haya llegado al punto de poder controlar incluso a su secretario general. Vosotros me cubrís de mierda y yo os digo: Estáis en vuestro derecho”.

Según Brezhnev, Jruschov había calificado a los miembros del comité central de perros que mean en las aceras. (p. 132)

7 comentarios:

Carlos dijo...

Por lo visto, como otros, Gaddis escribió el final de su historia luego de haber leído el diario del día siguiente.

Respecto de Gorby, un amigo que vivió en Rusia me dijo que en su país la gente lo detesta. Parece que solo tiene buena prensa en Occidente.

La frase de Nikita que más veces oí (o leí) es: “Los políticos son todos iguales. Prometen construir un puente aunque no existe un río”.

Carlos dijo...

"exista un río" quise decir

MarcosKtulu dijo...

Por lo que se ve entre tanta estrategia, buena parte de este libro debe ser un refrito de la vardadera obra magna del autor, que fue Strategies of containment, publicada en 1982. Hubiera esperado unos años más, lo completaba y sacaba su historia de la guerra fria, o sea lo que terminó haciendo de todos modos. Quizás podría haber obviado esta última publicacion y dejado todo en 1982, porque según Gaddis en ese año ya estaban dadas las mismas condiciones de colapso de la URSS que en 1989-92, ya que mucho antes de la caída del muro Moscú abandonó la doctrina Brezhnev de intervención en los países de su órbita, sólo que no lo comunicó al público como después sí lo hizo Gorby.
De todos modos no me convence toda la última parte, donde no hace más que agarrarse de la retórica discursiva de Thatcher y Reagan (con sus evil, totalitarism, tear down this wall, etc) quienes aparentemente tienen el mérito de haber empezado a llamar las cosas por su nombre, no como el genuflexo de Kissinger. El cáracter férrico normalmente atribuido a la dama seguro no queda bien parado frente a la revelación -convenientemente omitada- de que Thatcher no quería la reunificación alemana, así como Bush padre tampoco deseaba la disolución de la URSS.
Me queda la sensación de Gaddis como un especialista en la primera parte de la guerra fría, donde hace algunas observaciones interesantes, como la de realizar un paralelismo entre los caminos de mayor autonomía seguidos por Francia y China dentro de sus respectivas órbitas, prácticamente al mismo tiempo. Después de los 70´s y sobre todo desde la invasión de Afganistán en adelante se ideologiza mucho su lectura.
Ahora voy a leer esa review larga de Tony Judt a ver qué sensación le quedó a él.

Carlos dijo...

Tony Judt es durísimo con Gaddis; yo diría que demuele la obra.

A mí me guata mucho Judt; el libro que acabo de leer, "Algo anda mal", es una excelente defensa de la socialdemocracia y, consecuentemente, una crítica feroz al Thatcherismo; los austríacos y demás promotores del "neoliberalismo".

MarcosKtulu dijo...

Tenés razón, lo mató, y con bastante razón, aunque mucha de la crítica de él y de otros es por las omisiones o por no tratar ciertos temas. 300 páginas no dan para demasiado, no se por qué lo hizo tan corto. Será lo más cómodo, así zafaba de darle profundidad a tema alguno.

Marta Salazar dijo...

Marek, ayer vi "Unknown Identity"... por lo de la Guerra fría... te la recomiendo, con Liam y la Diane Kruger ;)

PS: qué vulgar el vocabulario de este libro!

MarcosKtulu dijo...

No la conozco Marta, que és, de espionaje?
No lo viste a Liam Neeson haciendo de William Wallace del siglo XVIII?
El vulgar en todo caso es Nikita. Si el tipo se sacaba el zapato en la asamblea general de la ONU, está claro que no es culpa de Gaddis.