Entrevista a Roberto Servicio sobre Lenin, Stalin y sobre todo Trovsky. Las preguntas del gruñón son algo básicas, pero Roberto se las arregla para contestar algo más.
El gruñón tiene una pinta de bruto infernal. Tal vez sea su estilo para que el entrevistado conteste lo que doña Rosa preguntaría.
Cuando pregunta cual es la diferencia entre un ruso y un georgiano, Service le responde que es la misma que puede haber entre “An Englisman and an Albanian” y le tiene que precisar que un “macintosh” es un “raincoat”.
Es probable que, como todos los biógrafos, Service sienta cierta simpatía por los tres nenes sobre los que escribió, aunque supongo que menos que la que siente su compatriota Geoffrey Roberts por Stalin.
Si no fuera por el lugar que el gruñón consiguió en c-span, pensaría que es granjero, milico o ambos. Eso que presume de haber leido los libros de sus entrevistados, pero hasta se confunde Lenin con Trotsky. Por lo menos no fue tan bruto como para creer que Mackintosh en cuestión eran las computadoras de Apple! En parte por ser ese el carril por donde se condujo la charla, la máxima crítica que terminó haciendo Service a Trotsky fue sobre su inglés. Por ahí se compenetró mucho con el personaje y ha dejado de ser un difamador burgués, si bien con Stalin no es para nada gentil (y Trotsky tampoco lo era).
Camarero, un cafe con leche y medialunas! Recién miré lo de Ñ, por lo visto se trata de un Trotstólogo. Este video suyo de Filosofia y letras me resultó surrealista.
Los bolches detestan a estos historiadores burgueses que les quieren derribar a sus ídolos. Hace un tiempo me acuerdo que caí en una crítica del otro libro de Servicios, "Camaradas". O era una biografía de Stalin (la corte del zar rojo), pero la cuestión era su explícito desencanto con la historiografía burguesa. Hasta en los mismos reviews de Amazon se observa a varios personajes de este tipo, como si Trotsky hubiera sido un humanista o cosa parecida. No se jode con los jerarcas del bolchevispado.
6 comentarios:
El gruñón tiene una pinta de bruto infernal. Tal vez sea su estilo para que el entrevistado conteste lo que doña Rosa preguntaría.
Cuando pregunta cual es la diferencia entre un ruso y un georgiano, Service le responde que es la misma que puede haber entre “An Englisman and an Albanian” y le tiene que precisar que un “macintosh” es un “raincoat”.
Es probable que, como todos los biógrafos, Service sienta cierta simpatía por los tres nenes sobre los que escribió, aunque supongo que menos que la que siente su compatriota Geoffrey Roberts por Stalin.
Si no fuera por el lugar que el gruñón consiguió en c-span, pensaría que es granjero, milico o ambos.
Eso que presume de haber leido los libros de sus entrevistados, pero hasta se confunde Lenin con Trotsky. Por lo menos no fue tan bruto como para creer que Mackintosh en cuestión eran las computadoras de Apple!
En parte por ser ese el carril por donde se condujo la charla, la máxima crítica que terminó haciendo Service a Trotsky fue sobre su inglés. Por ahí se compenetró mucho con el personaje y ha dejado de ser un difamador burgués, si bien con Stalin no es para nada gentil (y Trotsky tampoco lo era).
En Revista Ñ hay una crítica del libro sobre Trotsky muy desfavorable. La escribe Hernán Camarero que no sé quién es.
Trotsky "lee inglés" pero, para Service, no lo habla.
Camarero, un cafe con leche y medialunas!
Recién miré lo de Ñ, por lo visto se trata de un Trotstólogo.
Este video suyo de Filosofia y letras me resultó surrealista.
Los bolches detestan a estos historiadores burgueses que les quieren derribar a sus ídolos. Hace un tiempo me acuerdo que caí en una crítica del otro libro de Servicios, "Camaradas". O era una biografía de Stalin (la corte del zar rojo), pero la cuestión era su explícito desencanto con la historiografía burguesa. Hasta en los mismos reviews de Amazon se observa a varios personajes de este tipo, como si Trotsky hubiera sido un humanista o cosa parecida. No se jode con los jerarcas del bolchevispado.
No sé si leíste que The Guardian republicó una entrevista que le hicieron a Lenin en 1919.
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