Una vez pasada la elección municipal y la época de exámenes que ahora comienza, reanudaré el tratamiento de temas internacionales. Me he abstraído de la política internacional para dedicarme más al estudio del derecho internacional, pero un rápido repaso de los titulares, debidamente traducidos, arroja luz sobre algunas de las principales movidas en el más grande de los tableros.
Bush desafía a Rusia y exige la independencia de Kosovo, o debería decir: "Bush puja por la creación de estado islamista títere en el medio de los Balcanes". La gestión norteamericana por el ingreso de Turquía en la UE y la independencia de Bosnia y Kosovo son muestra suficiente de la intención de despojar a Europa de toda unicidad religiosa de signo cristiano. El encontronazo con Rusia es más de lo mismo que vimos durante el siglo XX, cuando aquél y EEUU se perfilaban como dueños del planeta. Tanto por dentro como por fuera de la clásica contienda bipolar, EEUU encuentra caminos para eludir los aires moderadores de Europa. Lo hace hasta en el mismo continente, socavando esa creación fallida del tratado de Versalles, Yugoslavia, que los rusos nunca se preocuparon demasiado en inmunizar, en parte porque Tito así lo prefirió. Lo hace al conseguir un acercamiento con Albania que ni los rusos ni los europeos alcanzaron, llegando al punto de la aclamación de Bush en la gira.
La relación de EEUU con las repúblicas bálticas y con los países en torno al Mar negro -Turquía inclusive- los coloca como bases y como socios en la intrépida tarea de saltear el cerrojo de la Unión europea y perforar la zona de influencia rusa. Bush busca, tal vez continuando la labor de Reagan, reparar la injusticia que significó dejar toda europa del este librada al sometimiento del totalitarismo soviético, de cuya égida pudo salvar, no obstante, a Grecia, Turquía e Irán. La desatención durante la WW2 al avance del sovietismo, reencarnó más recientemente en el avance del terrorismo. Bush ha de participar de la idea de que así como EEUU liberó -¿algo tardíamente?- a europa occidental de los flagelos del imperialismo (WW1), fascismo (WW2), y a Europa del este del comunismo (90's), ahora toca liberar a medio oriente de sus ataduras religiosas. Toca, siempre intervención mediante, remediar las malas políticas en Iraq, Irán y Afganistán. Menos Kissinger y más Condolezza, pero de ninguna manera más ausentismo. De modo que, véase como un acto de justicia histórica, o como un corrimiento de las bases de la OTAN hacia el este, EEUU no se ha olvidado, pese a su embarramiento en Medio oriente, de la influencia que tiene en Europa.
Desde Medio oriente nos llega la noticia de que Olmert le ofreció la paz a Siria. La oferta es tentadora: le devolvería los altos del Golán adquiridos en la guerra de los seís dias. El territorio pertenece a Siria y el consejo de seguridad mandó (resolución 242) a Israel a desocuparlo pero lo sigue manteniendo como un tapón defensivo (los mal pensados hablan que la ocupación se motiva en un fuerte interés sobre de los recursos hídricos del Golán). Aún con la razón, sin los territorios, y un poder militar insuficiente, Siria no tiene las manos vacías en una negociación con Israel. Recibiendo el apoyo logístico y financiero de Irán, y armando a la guerrilla e interviniendo en el Líbano, no hay una abstención de Siria de la que no se beneficiaría Israel. Una paz que no contemple ambos deberes -la restitución del Golán y el cese de la intervención en El libano a través del apoyo a guerrillas hostiles a Israel- está llamada a fracasar. Se puede, al contrario, repetir una experiencia como la vivida entre Israel y Egipto, donde el reconocimiento de uno al otro y la devolución del Sinaí ha traído la paz entre dos de los estados mas antiguos del mundo, con EEUU como garante. Una paz estilo estilo medio oriente, es decir no desprovista de actos que lesionan ocasionalmente la mutua confianza, pero un avance al fin. No fue fácil en aquella oportunidad y tampoco lo sería en ésta. Por frustraciones pasadas, la opinión pública israelí tiende a sentir cierto desengaño respecto a la política de entregar tierras en favor de paz, que la mayoría de las veces no son más que frágiles treguas. Un desgastado Olmert con baja popularidad goza de muy poco crédito como para suponer que su acercamiento a Siria tendrá la vehemencia suficiente para modificar el estado de las cosas. Él, al igual que Monahem Begin, atacó a el Líbano -en aquél entonces refugio de la OLP-, sufriendo fuertes pérdidas y sin lograr neutralizar a Hezzbollah. El legado más fructífero y recordado de Monahem Begin es el acuerdo de Camp David por el que elaboró el mencionado tratado con Egipto. Si Olmert pudiera avanzar en una negocación similar con Siria, desempañaría su figura a los ojos de las generaciones futuras. En caso que le interese el propio presente político más que la trascendencia, desplegar una diplomacia prácticamente destinada al fracaso, por sobre la guerra preventiva, es una de las tantas herramientas políticas que alguno podría tildar de demagógicas.
Olmert interpretó la retirada militar de Siria del Líbano y la aprobación a la tregua con Hezbollah como un signo de cambio. La mayor dificultad estriba, no tanto en el ensayo de prueba y error de Olmert sobre distintas alternativas -siempre con el aval de EEUU-, sino en la reiterada negativa de Siria en forma de silencio. De no interesarse Bashad al-Assad por lograr una paz justa, realista y duradera, es decir, sin voluntad, no hay entresijo que la diplomacia israelí vaya a superar, por más hábil que ésta sea y más aval que preste EEUU. Hasta que dicha voluntad se geste y plasme en un acuerdo, la guerra en sus distintas formas no puede descartarse.
Edit: en un comentario en Oriente Miedo, el blog que mantiene Fernando, continúo con estas ides. Allí aclaro que
-La paz entre Israel y Egipto no es la panacea, pero para lo que es medio oriente, es bastante.
-El acuerdo se centró en reducir la ilegalidad acusada, con la precariedad que conllevaba.
-Por el momento el esquema no es directamente aplicable a la relación con Siria, quien parece querer alinear su destino más con el de Irán, pero vale la pena intentarlo.
lunes, junio 11, 2007
El mundo existe
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5 comentarios:
Ese acuerdo si es q se concreta va venir de la mano de mucho kilombo :)
Saludos , La napia hurtadora
Podemos asegurar la muerte del presidente que firme el tratado de paz, o soy muy mal pensado y esas cosas ya no pasan más...
Marcos, muy buen artículo.
Le pregunto a usted que sabe tanto. Assad tiene muchos problemas internos. Qué pasaría si se hace esta negociación y el régimen de Assad cayera por alguna razón interna. ¿Se mantendría la paz? ¿Convendría una democracia u otro dictador que sepa respetar lo pactado?
El hecho de que no sea una teocracia, ¿favorece o perjudica la estabilidad?
La oposición exiliada últimamente se codea con el parlamento israelí. ¿Sería loco hablar de Siria e Israel amigos si se fuera Assad?
El caso de Siria me parece más que interesante.
y por qué no nos explicas qué pasa en Argentina!
a los extranjeros que no sabemos nada...
Fernando, Siria abre todas esas interrogantes. Algunas se irán develando en un futuro, y otras ya son planteos metafisicos.
No es mucha la exigencia: No se trata de que una dictadura corrupta deje de serlo, sino que deje de atacar al vecino. Para lo que es Medio oriente, hasta eso es mucho.
Marta: Hubo elecciones a jefe de gobierno de la ciudad autónoma de Buenos aires (Ese es el nombre completo del cargo, o sea alcalde/intendente). No tendría mayor importancia el asunto si no fuera por como se fue dando. En la primera vuelta el candidato opositor, Macri, ganó con 45%, mientras que el oficialista, Filmus, sacó 22 puntos menos. Ahora vamos al ballotagge en medio de una campaña muy sucia donde hasta intervino el presidente para hablar mal de Macri. Curioso, cuanto más y peor habla de él, más gana Macri en intención de voto. Comprobando que el electorado desaprueba esa práctica, Kirchner finalmente se calló, y las encuestas quedaron cerca de 60%-40%.
La elección es importante para evitar que Kirchner envíe su delegado y acreciente poder. Para otros, es importante que no gane Macri, un empresario ligado a un grupo familiar que siempre hizo negocios (no del todo limpios) con el estado.
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