Ibarra puede decir que este año, del que tan sólo transcurrió la mitad, es hasta ahora del todo redondo. Inaugurado en la tragedia de cromagnon, donde en cualquier lugar habría respondido política, civil y penalmente, Ibarra salió indemne.
Ahora con algo más de perfil bajo y aparentemente sin mucho que hacer trata de reflotar su imagen instalando tachos de basura naranja por todos lados. Bien. ¿Habrá previsto de la misma manera la recolección de los residuos? La próxima lluvia fuerte en Belgrano lo dirá.
Lanzó una fenomenal campaña publicitaria anunciando el despliegue de la Guardia urbana, un émulo de policía, sin armas, que pretende ser los ojos del gobierno, intermediar, persuadir, asesorar. "La Guardia Urbana se ocupa de detectar situaciones de riesgo y emergencia en la vía pública, brindando ayuda hasta tanto acudan los medios de respuesta específica, por ejemplo ante un accidente o un incendio".
Cuando no se puede esperar que la gente resuelva sus problemas por los medios normales es donde aparece la guardia urbana a contrabandear funciones de organismos que ya existen. La burocracia ahora se pone una campera naranja y sale a la calle. Ya veo a qué se refería Weber diciendo "sociedad desencantada". Y los políticos (chanchos) enjabonados zafan y aprovechan la ingenuidad de los ciudadanos.
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1 comentario:
Marcos, ¿por casualidad cruzaste el "charco" últimamente? En Montevideo tienen unos camiones de lo más modernos, como en Europa, la gente saca la basura a la hora que quiere, en unos contenedores espectaculares que están siempre cerrados y hasta son lavados por los mismos camiones... Y lo hizo el Frente Amplio, obviamente, mucho más "progresista" que lo que se dice Ibarra...
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