Tommy Friedman hace una metáfora con la guerra de secesión. La Nación, para no frustrar la argumentación del artículista, traduce el nombre de la guerra tal cual viene del inglés, civil war, descartando así la finalidad perseguida por los sureños con la guerra.
Según Friedman, apenas ahora se podría marcar el fin de una contienda de 147 años, en el mismo lugar donde empezó. ¿Me dejan cuestionarlo un poquito? Para Friedman la guerra comenzó el 21 de julio de 1861 en Bull Run (también conocido como Manassas), en el estado de Virginia. Lo revolucionario de anteayer vendría a ser que en este núcleo sureño haya ganado Obbie. Pero hete aquí que la guerra de secesión en realidad se inició el 12 abril de 1861 con el asedio confederado a Fort Sumter, Carolina del sur, uno de los tantos estados sureños en los cuales resultó victorioso McCain. La primera batalla de Bull Run (hubo una segunda), sí fue, si vamos a decirlo bien, la primera gran batalla campal de la guerra, pero como vimos las hostilidades se abrieron con el asedio a un fuerte federal casi tres meses antes.
Ahora bien, es cierto que la equiparación civil y política de los negros no llegó con el fin de la guerra de secesión. Para ello debieron transcurrir otros 100 años, cuando verdaderamente se consagra la equirapación jurídica de los negros. Todo lo que haya sucedido desde entonces hasta hoy, no es más que su producto, y no la culminación de un largo proceso emancipatorio.
jueves, noviembre 06, 2008
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2 comentarios:
Vos sabes muy bien como se llama esa guerra. War of Northern Aggression!!
Dixieland will rise again!
iván: dreams...
además acaban de perder a manos de obama...
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