En el capítulo dedicado a las guerras revolucionarias y napoleónicas -el último y uno de los mejores del libro-, Blanning averigua las razones de la victoria de la Francia revolucionaria contra la primera coalición, conformada más o menos por media Europa. Quien mejor explicó las ventajas de los franceses fue en su momento el que sería jefe de estado mayor prusiano, Gerhard von Scharnhorst, al escribir en 1795 un agudo paper. No lo conseguí, pero afortunadamente Blanning lo resume, en estos términos:
-La mejor posición estratégica de Francia permitía a los revolucionarios operar en líneas interiores
-Superioridad numérica
-Uso de tropas ligeras
-Comandos político y militar unificados
-La adopción de una estrategia coherente y agresiva al servicio del interés nacional y no dinástico
-Su mayor velocidad y energía
-Su despiadada aceptación de bajas ilimitadas
-Su aproximación nihilista de matar o morir, de todo o nada
La desesperación por estar rodeados de enemigos inducía al soldado a sacar coraje, al ciudadano a hacer sacrificios voluntarios, atraía recursos y apoyo a los colores del ejército. Asimismo Scharnhorst detectaba el orgullo emanado de la creencia en ser una civilización superior: "La nación francesa siempre se ha considerado el único pueblo ilustrado, inteligente, libre y feliz, despreciando a las demás naciones como incultas, bestiales y desdichadas".
Blanning reconoce el atractivo de la popular explicación pero prácticamente la rechaza por la inconstancia de la performance francesa, más bien un "desconcertante zigzag de victorias y fracasos y resultados ajustados". Sin descartar del todo el efecto de la ideología sobre la moral de combate, no obstante sería "absurdo suponer que cuando los ciudadanos-soldados eran derrotados se debía a que tenían un mal dia y no se sentían muy revolucionarios". Los efectos de la motivación, que tampoco les faltaba a los austríacos y prusianos, son difícil de probar y su argumentación se vuelve tautológica.
La conclusión de varios autores pasa por los números. Siempre que los aliados se presentaban a la batalla con un número aproximado o superior al de su enemigo, ganaban.
Donde Francia hizo la diferencia fue en un elemento cualitativo dado por la apertura de los cargos de oficial a comunes y el ascenso de quienes mostraban buen desempeño y lealtad, muchos de ellos jóvenes soldados profesionales con entrenamiento anterior a la revolución. Comparado con el del antiguo régimen, el ejército revolucionario se guiaba por criterios meritocráticos.
Quienes flaqueaban en convicción eran removidos y no pocos incluso guillotinados. "Los generales eran más propensos a morir a manos de su propio gobierno que como resultado de la acción enemiga".
-Op. cit Tim Blanning, pp. 639-642.
miércoles, agosto 12, 2009
El ímpetu revolucionario
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13 comentarios:
1. "la aperura de los cargos de oficial a comunes": si consideramos que napoléón siguió la carrera militar como becario, graduándose en parís en 1785, su caso parecería demostrar que también existía esa "apertura" durante el antiguo régimen...
2. acerca de las "ventajas" del ejército francés sobre sus enemigos y desde mi ignorancia de la historia militar, pero desde mi buena memoria sobre películas, recuerdo una en que christopher plummer, quien hacía de wellington, les decía a sus oficiales en medio de la batalla de waterloo y mientras observaba con un catalejo a la artillería napoléonica: maneja las cañones como si fueran pistolas...
napoleón era artillero, no?
Se me ocurren dos o tres cosas:
-Francia tenía el crecimiento demográfico más alto de Europa y, además, la “levée en masse” (conscripción) que puso en práctica la Convention a partir de 1793.
-No hay que olvidar tampoco el patriotismo “la patrie en danger“.
-Un personaje muy importante fue Lazare Carnot, gran organizador, responsable en gran parte del éxito de los ejércitos revolucionarios y, luego, de los del Imperio. De Gaulle, solía decir, que necesitaba un Carnot. Coincidencia: la avenida Carnot es una de las doce que confluyen en la Place Charles de Gaulle (Étoile)
Hugo Casares, es tomando el antecedente de Napoleon y de muchos de sus coetáneos que menciono el entrenamiento recibido anterior a la revolución. Ahora bien, los cuadros de oficiales estaban reservados a la nobleza. Los marechal de Francia siempre eran condes, duques, príncipes. No olvidar tampoco que Napoleón no hubiera podido hacerse camino por distintas instituciones (Autun, Brianne, Ecole militaire) si no hubiera conseguido ingresar a las mismas gracias a los contactos de su padre Carlo, un distinguido abogado corso adscripto a la corte de Luis XVI.
2. Hace poco leí una crítica a la película Waterloo, donde decía que no era muy fiel que digamos, sobre todo la caracterización de Wellington. Pero también leí la crítica de un libro en el que se sostiene la falta de la mayoría de sus oficiales de siempre como la razón de la mala actuación de Boney en Waterloo. Y sí, era artillero.
Carlos, si dentro de esta organización descomunal del esfuerzo bélico incluimos el componente ideológico, adquiere algo de sentido la postura de los que consideran a la movilización revolucionaria el primer caso de guerra total. E incluso aunque no sea total, es indiscutible que muchas de sus reformas militares o administrativas posteriores perduraron hasta el dia de hoy, como el caso de los Corps. Carnot fue una de esas mentes geniales que pudo sacar lo mejor de sí durante la revolución, pero lamentablemente luego fue neutralizado por Boney.
Según Max Gallo en “Napoléon” (primer tomo: Le Chant du Départ) Charles Bonaparte pertenecía a una familia con cuatro cuarteles de nobleza certificados por un genealogista de Toscana de donde eran originarios sus ancestros.
Fue elegido el 8 de junio de 1777 diputado de la nobleza, delegado a los Estados Generales de Córcega ante el rey en Versalles.
Debido a eso, su hijo, luego del colegio de Autun -donde es inscripto como M. Napoleone de Buonaparte- ingresa a l’École Militaire Royale de Brienne; alli el padre Lelue le dice que ha sido elegido debido a la nobleza de su familia certificada por M. d’Hozier de Sérigny “juge d’armes de la noblesse de France”
La “Histoire et Dictionnaire de la Révolution Francaise 1789-1799” de Jean Tulard, Jean Francois Fayard et Alfred Fierro, dice que pertenecía a la “petite noblesse” de Córcega.
Casualmente, hace unos días, en la estupenda radio del Institut de France, oí a Jean Tulard -considerado el historiador más importante del Primer Imperio y Presidente del Institut Napoléon- que, al pasar, habló de la “petite noblesse” de los Bonaparte.
a propósito de la nobleza de napoleón: "-usted es el sobrino del arzobispo de reims...yo también tengo un tío que es archidiácono...en córcega, usted sabe, es lo mismo que un obispo en francia...son muy humanos estos esfuerzos del jóven conquistador para mostrar que el también era un caballero. a los pocos años ya hablaba de "nosotros, los nobles" y algunos años después se refería a luis XVI como "mi pobre tío"...
(extractados del talleyrand de duff cooper y citados por adolfo bioy casares en "de jardines ajenos")
Es probable que la nobleza de Carlo Buonaparte haya sido inventada; no sería el primero ni el último en hacerlo. El tío (hermanastro de Letizia, en realidad) es Joseph Fesch que ayudó bastante a la familia y luego, gracias al sobrino, llegó a cardenal. La relación de Fesch con Napoleón terminó mal porque el cardenal se inmiscuyó en la turbulenta relación del Emperador con el Papa.
Carlos, bien siempre aportando datos con precisión milimétrica. No voy más alla en el cumplido porque rozaría la lisonja. Nomás quiero preguntarte si has tenido oportunidad de chequear el trabajo de Villepin sobre Napoleon. Visto de acá, que un político se lance a escribir así me suena a como si Terragno escribiera sobre San Martin, cosa que...de hecho, hizo. A lo mejor todo lo contrario, se acerca más a lo que fue Churchill. Al compañero blogger Mack le gustó, extrajo, como es su especialidad, numerosas lecciones sobre la relación entre instituciones y poder.
Hugo, además repartió títulos a sus generales (justo cuando dije que los mariscales revolucionarios se caracterizaban por ser los primeros en tener orígenes plebeyos!), y creó la legión de honor. No va a ser nada original lo que propongo, pero sería relevador arribar a conclusiones de orden psicoanalíticos -bah, psciobiográficos- partiendo de la base de los dudosos orígenes nobiliarios. ¿Napoleon tenía resentimiento? ¿envidia? ¿complejo de inferioridad? No quiero forzar la remanida analogía con otro petiso extranjero, Hitler, pero la comparación salta sola. Habría que leer historiadores pre-Hitler.
Esa aproximación se complementaría bien con otra más de orden sociológico, por la cual una familia pequeñoburguesa extranjera supo acomodarse en todas, desde el antiguo régimen, pasando por el liberalismo, hasta terminar en esta suerte de comedia -no vamos a esperar a la apirición de Marx y Napoleon III para calificarla de tal-.
a propósito de napolepón y sus mariscales marcos, siempre recuerdo una frase -dicen que suya- que me parce crucial en toda actividad humana. sire decía, más o menos lo siguiente: "quiero en mi estado mayor a los mejores mariscales de francia, pero además los quiero afortunados"...
Me alegro de poder citar algunos datos útiles, Marcos. La historia de Francia es mi “violon d’Ingres” y siempre me resulta grato hablar de ella; a veces no insisto demasiado porque me parece que en la Argentina no interesa demasiado. Como dirían los franceses, la americanización de la vida moderna hace que los intereses de la gente pasen por otro lado.
Me han dicho que lo libros de Dominique de Villepin son muy buenos, especielmente el de los Cien Días; están en mi lista de Amazon fr. pero tal vez los compre en un próximo viaje a París.
Villepín es francés a más no poder y gaullista, por lo tanto, celoso de la grandeza e independencia de su país lo que lo lleva a posturas consideradas antiamericanas, como lo demostró el debate en la ONU cuando lo de Irak. Es muy culto ( a veces suena pomposo) como muchos de la clase a la que pertenece que -generalmente- conocen bien “ses classiques”. Lo conocí en Francia hace unos diez años en ocasión de una condecoracíon otorgada por nuestro país a su padre, el senador Xavier de Villepin .
En cuanto a los políticos que escriben, lo que acá o en otros países puede parecer extraño en Francia no lo es. Hubo muchos políticos escritores y muchos escritores políticos. La tradición literaria del país hace que casi todo el mundo piense en escribir algo alguna vez.
Algunas cosas que me vienen a la mente sobre la personalidad de Napoleón:
-La familia Bonaparte tenía una buena situación económica.
-Es muy probable que en sus primeros años en territorio metropolitano, haya sentido resentimiento.
-En un principio, fue furiosamente anti francés; luego se “asimiló”, cambió y olvidó su militancia corsa. Se desilusionó de su héroe Paoli al que soñaba conocer y cuando lo logró se llevaron muy mal.
-Sus compañeros de estudio lo tenían de punto por su aspecto, su origen extranjero y nombre curioso; eso lo llevó a empeñarse en sobresalir. Tenía una autodisciplina pasmosa; era solitario, terriblemente orgulloso y a actuaba de manera antipática y pedante. Con el tiempo, les pasó por encima a esos compañeros nobles y desdeñosos.
-Fue cercano a los jacobinos y muy bien considerado por Roberpierre. Siempre se sintió republicano; detestaba a la nobleza de Ancien Régime, especielmente a los emigrados; la ejecución del duque de Enghien aumentó el odio de los nobles hacia él. Un antepasado mío alsaciano estuvo entre los emigrados y sirvió al conde de Provenza, futuro Luis XVIII hasta su muerte; eran los que no aprendieron nada ni olvidaron nada., según la frase (posiblemente mal) atribuida a Talleyrand.
-Siempre trabajó como un monstruo y delegaba muy poco en sus subordinados, tanto civiles como militares. Basta ver, al respecto, la “Dictée a Daru” y la preparación de la campaña que desembocó en Austerlitz.
-Contrariamente a lo que se cree, era campechano y afectuoso; nada que ver en ese aspecto con los monarcas que lo precedieron. Antes de Waterloo anduvo haciendo averiguaciones personalmente, golpeando puertas y conversando con la gente; no me los veo en una actitud parecida a Luis XIV o Luis XV.
-A pesar de los sacrificios terribles que su modo de conducción imponía a la tropa, los soldados lo veneraban. Cuando volvió de la isla de Elba se presentaron varias decenas de miles de voluntarios para incorporarse al la Armée du Nord.
Sería muy bueno profundizar el tema, cosa que por el momento me resulta difícil por acumulación de tareas (especialmente lecturas) pendientes.
la frase sobre los emigrados carlos es de guizot...
Gracias, Hugo. El odiado Guizot de “Enrichissez vous!”
Es notable pero esa frase le es asignada a muchas personas. Una vez leí que el primero en usarla fue D’Alembert. El sitio de historia Herodote.net, se la sigue atribuyendo a Talleyrand y el diccionario Larousse a Napoleón que la habría pronunciado en una proclama al regresar de Elba.
Hugo, Napoleon era dadivoso pero exigente, salvo con sus familiares, que rara vez estaban a la altura de la responsabilidad encomendada. Bernardotte, concuñado de Napoleon, protagonizó un episodio confuso (huyó de la batalla) que le hubiera valido una corte marcial y la muerte si no fuera porque el emperador decidió perdonarlo, y luego hasta recompensarlo con el trono de Suecia.
Carlos, ojalá más personas insistieran en dar a conocer aspectos de la historia y cultura de Francia con una familiaridad como la que tenés. Lo que decís es cierto, acá somos más propensos a recibir las influencias negativas (ie, la chatura) de EEUU. Tu post sobre los medios del otro dia hablaba a las claras de esta exportación de formatos con poco contenido. En los blogs hay de todo, y eso incluye buen material.
Voy a estar atento a ver si salen traducciones en inglés o castellano de Villpein, pero como lo veo, va ser mejor que vaya aprendiendo francés. Según la completa reseña de Mack, con el tiempo Villepin se fue dando cuenta de como Napoleon era una personalidad mucho más compleja (y acomplejada) de lo que antes creyó. Tu conciso pero jugoso repaso de algunos rasgos de Napoleon y sus circunstancias te acercan mucho más a la postura que no admite simplifaciones en la comprensión de esta polifacética figura surgida, destacada y finalmente fagocitada en los verdaderos tiempos revueltos entre 1780 y 1815.
No seré ambicioso y por el momento me daré por satisfecho con este "caudal" (más valioso por la calidad que por la cantidad) de información bien personalizada. Como siempre estoy yendo y viniendo con estos temas (más allá de que julio-agosto le dediqué especial atención), no faltará oportunidad más adelante de que tire alguna deficiente bengala y quien guste pueda arrimarse a traer algo de claridad.
recuerdo del libro de historia de la seundaria de ibáñez otra frase célebre -abundaban y daban el tono del libro, además de caracterizar los temas de una manera fenomenal- de guizot, acerca de la monarquía de luis felipe: "una monarquía limitada, para un limitado número de burgueses". creo no hace falta más para describir el período 1830-1848...
eric hobsbawn también es feliz en este aspecto. recuerdo que definió a la república de weimar como "el imperio derrotado sin el káiser"...
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