sábado, enero 22, 2011

Para Hugo Perugia

Coges un gato negro, ¿verdad? Que no tenga ni un solo pelo blanco (ya lo sabes), y le atas las patas, luego lo llevas a medianoche hasta un cruce de caminos, y una vez allí gritas en alta voz: «¡Oh, gran Lucifer, emperador del infierno, te cojo y te introduzco en el cuerpo de mi enemigo, así como tengo prisionero a este gato, y si matas a mi enemigo, a medianoche del día siguiente, en este mismo sitio, te sacrificaré este gato, y harás todo lo que te ordeno por los poderes de la magia que estoy practicando según el libro oculto de San Cipriano, en el nombre de todos los jefes de las mayores legiones del infierno, Adramech, Alastor y Azazel, a quienes ahora invoco junto a todos sus hermanos...!» –sus labios temblaban, los ojos parecían haberse salido de las órbitas, y empezó a rezar, mejor dicho, parecía un rezo, pero lo que hacía era implorar a todos los barones de las legiones del infierno– : Abigor, pecca pro nobis... Amón, miserere nobis... Samael, libera nos a bono... Belial aleyson... Focalor, in corruptionem meam intende... Haborym, damnamus dominum... Zaebos, anum meum aperies... Leonardo, asperge me spermate tuo et inquinabor...[1]


[1] «Abigor, peca por nosotros... Amón, ten compasión de nosotros... Samael, líbranos del bien... Belial, ten compa­sión... Focalor, dirígete a mi corrupción... Haborym, condenamos al señor... Zaebos, abrirás mi ano... Leonardo, rocíame con tu semen y quedaré manchado».

2 comentarios:

hugo dijo...

Oración preparatoria: Señor Jesucristo, Verbo de Dios Padre,
Dios de toda criatura
que diste a tus santos Apóstoles la potestad
de someter a los demonios en tu nombre
y de aplastar todo poder del enemigo;
Dios santo,
que al realizar tus milagros
ordenaste: “huyan de los demonios”;
Dios fuerte,
por cuyo poder
Satanás, derrotado,
cayó del cielo como un rayo;
ruego humildemente con temor y temblor
a tu santo nombre
para que fortalecido con tu poder,
pueda arremeter con seguridad contra el espíritu maligno
que atormenta a esta criatura tuya.
Tú que vendrás a juzgar al mundo por el fuego purificador
y en él a los vivos y los muertos.
Amén.

"Yo te exorcizo, espíritu inmundo, toda incursión del adversario, todo espectro, toda legión,
en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo. Despréndete y huye de esta criatura de Dios. Te lo ordena aquel que te hizo precipitar desde lo alto de los cielos a las profundidades de la tierra”.

MarcosKtulu dijo...

Vos siempre con esa magia diabólica, Herejo Perfidini.