Adso, sin aquellos benditos oculi ad legendum no logro comprender lo que hay escrito en estos libros. Léeme algunos títulos.
Cogí un libro al azar:
—¡Maestro, no está escrito!
—¿Cómo? Veo que está escrito. ¿Qué lees en él?
—No leo. No son letras del alfabeto, y no es griego, no podríais reconocerlo. Parecen gusanillos, sierpes, cagaditas de mosca...
—¡Ah! es árabe. ¿Qué más hay?
domingo, enero 16, 2011
Para Oriente Miedo
(En el nombre de la Rosa, Guillermo de Baskerville perdió los anteojos y le pide a su asistente que le lea el título de un libro cualquiera de la biblioteca)
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
6 comentarios:
¿que habría opinado umberto cattaneo de los dichos de adso de melk -magnífica la abadía homónima- el bibliotecario y asesino Jorge de Burgos, precursor de otro bibliotecario Jorge Borges?
Por lo que leí en algún lado, Jorge de Burgos (bibliotecario ciego) es un tributo directo de eco a Jorge Luis.
así es, fijate mis mayúsculas en las iniciales de ambos, acaso tu tocayo el otro umberto no es semiótico...
ahora menudo tributo: bibliotecario y ciego vaya y pase, pero asesino de monjes...
Otro que era ciego y bibliotecario (y tampoco asesinaba monjes) era tu querido Paul Groussac.
NO MONJES NO ASESINABA PAUL, PERO SI A MUCHOS CON SU FILOSA CRÍTICA...
Seguramente se lo merecían Hugo Ades, aunque no se si todos valían la pena el tiempo de Paul.
Publicar un comentario