martes, febrero 21, 2006

Cómo funciona un país sin estado

Salió un artículo más que interesante sobre Somalia. A continuación no pongo un resumen ni una crítica. Verán una introducción que busca aportar ciertas claves para ubicarse en aquel país de otro planeta e interpretar su status tal como hizo entusiasmar al autor.
Siempre se dice que el anarquismo es utópico e irrealizable. Tanto detractores como defensores del anarquismo pueden coincidir en ello si se ajustan a un cuadro de hiper-realismo. Pocas dudas deja Somalía en cuanto a su condición anárquica. En este caso, la experiencia, imbuída de grandes cuotas de realidad, no atribuye al anarquismo esa nota de ingenuidad. La sensación es antes bien de perplejidad. De fallida colonia a fallida democracia y de ahí a fallida dictadura, hacia, hoy,la anarquía. El sentido anárquico que ´direcciona` actualmente a Somoalía no es ya el del socialismo utópico y comunitarista, cuanto más el de poliarquía, un término con múltiples aristas. Los politólogos le dan básicamente dos significados, a partir de su etimología ("varios centros de poder"). Uno es el de gobierno por parte de muchos, semejante a una democracia con rasgos formales y materiales como los que se normaban en las exigencias de Robert A Dahl. Otra acepción es la que trasunta de interpretar la poliarquía como un fenómeno de poder tan descentralizado que hace estéril cualquier participación a nivel de organos gubernamentales generalizados. El ejemplo clásico lo da la Europa medieval, divida en feudos, donde imperaba un régimen poliárquico. Ningún señor feudal era tan grande como para acaparar a los demás. Salvando las distancias, ningún warlord somalí consigue la hegemonía.
¿Introducción muy larga para presentar a un país más sumido en la guerra civil, como tantos otros del continente africano? Tal vez, pero quería tomar estos reparos para poder aplicar apropiadamente los términos mencionados -anarquía, poliarquía-, tratando de sacarle la carga romántica e ingenua al primero, y el rigor democrático-formal al segundo. Cuando leía el artículo que les presento me venían a la cabeza estos conceptos, pero aplicados en clave histórica a la alta edad media, y en efecto, en Somalía verán impetradas muchas instituciones perdidas en el tiempo para nosotros. Por eso, sin olvidarse de la violencia y pobreza que espetan de lleno a esta sencilla gente (pensemos en esas condiciones como su medio/ámbito), no desestimemos tampoco los peculiares hábitos con que, espontáneamente, han tratado de sortear las dificultades que les representan.
Aquí verán un...(desde el comienzo del post no se que palabra usar, ¿nación, territorio, población?) sin estado, hecho no a la medida de Tomas Moro, Proudhon o Rothbard, sino de la gente en toda su cotidianidad.

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