jueves, octubre 05, 2006

Hay que aumentar las penas

Algunos alcornoques creen saber de derecho penal y no tienen la más remota idea ni de lo que es la culpabilidad. De todos modos ofrecen soluciones de endurecimiento de penas en una cantinela a la que estamos acostumbrados cuando se trata de la derecha reaccionaria. Trágico, pero es lo que se aplica en el infierno mismo, Cuba. Vean este repaso del código penal cubano, que de garantista tiene muy poco. Lo que sí tiene son tipos abiertos, vagos, moralizantes ("la moral socialista"). Rige el peligrosismo, penando "la especial proclividad en que se halla una persona para cometer delitos, demostrada por la conducta que observa en contradicción manifiesta con las normas de la moral socialista". Las multas se pagan en cuotas (como si fuera una SRL), y las escalas penales son bastante altas, pero no muy distanciados los mínimos de los máximos. Hay pena de muerte y cuantos delitos contra el estado se imaginen. Derecha e izquierda se trastocan: ambos son autoritarios. La derecha reaccionaria y la izquierda idiota se llevarían un lindo chasco con este código.

4 comentarios:

MagnusGodmunsson dijo...

La justicia es el ámbito de la ética que estudia qué es legítimo hacer cuando las normas son violadas por un criminal contra una víctima. La justicia consiste en dar a cada cual lo que es suyo, restableciendo la propiedad privada legítima. Su principio fundamental es la compensación, restitución o indemnización de la víctima por el delincuente. El daño debe ser reparado y la víctima indemnizada por el responsable causante del daño. En una relación o intercambio voluntario, ambas partes resultan beneficiadas. En una agresión, el criminal resulta beneficiado y la víctima resulta perjudicada. Los mecanismos adecuados de la justicia consiguen desincentivar la agresión haciendo que resulte perjudicial para el delincuente y neutra (o beneficiosa) para la víctima: si no fuera así las normas éticas no se respetarían, los delincuentes podrían utilizarlas en su beneficio a costa de sus víctimas.

Mientras una agresión se está produciendo la víctima puede usar de forma legítima la fuerza para defenderse. Si la agresión ya se ha producido la víctima tiene derecho a exigir justicia, a utilizar la fuerza de forma razonable para reclamar una compensación o restitución al delincuente. Un delito o agresión es una violación o incumplimiento de derechos (de otros) o deberes (propios) legítimos. Una víctima es una persona cuyo derecho, negativo o positivo, ha sido violado. Un delincuente, criminal o agresor es la persona que viola algún derecho de otra persona. En todo delito hay al menos una víctima y al menos un delincuente (que son personas distintas): no hay delito si no hay víctima o delincuente (los vicios no son crímenes, una persona no puede ser simultáneamente delincuente y víctima del mismo acto). Un derecho negativo se viola al actuar violentamente, mediante el inicio de la fuerza, contra la propiedad ajena. Un derecho positivo se viola por el incumplimiento de un deber contractual.

La compensación debe ser tal que la víctima resulte igual o mejor que si no hubiera sufrido la agresión, restituyéndola de las pérdidas sufridas, y que el criminal resulte peor que si no hubiera cometido la agresión, de modo que la compensación a la víctima sea una sanción o castigo valorado negativamente que haga que el delito no le merezca la pena. La simple imposición de castigos físicos contra el delincuente como modo de afianzar el cumplimiento de las normas es inadecuada: la pena o condena debe estar enfocada hacia la indemnización de la víctima. La posibilidad del castigo desincentiva el delito, pero la justicia es incompleta si la víctima no recibe compensación.

Quê te parece? Es un fragmento de un ensayo de Francisco Capella sobre la justicia. Si empezaramos por ahí, planteando adecuadamente el problema, en vez de ceder a tontas pasiones, tanto la progresía como los conserva hace mucho se hubieran callado. No se trata de crear guarderías para criminales, o de erigir horcas y guillotinas para todos, sino que las víctimas tienen el derecho de llevar adelente lo que ellos crean es una justa compensación, pero sin involucrar al resto de las personas.

Anónimo dijo...

EL FUTURO CODIGO PENAL MUNDIAL:

ARTICULO UNICO: EL QUE NO OBEDEZCA SERA ELIMINADO.

Si bien las palabras que siguen las escribí hoy en un comentario por otro tema en otro blog, creo que valen también aquí.

En la Argentina (y en el mundo, obvio) del futuro próximo, con el estado disponiendo del 99,9 % del PBI en nombre y representación del colectivo (el 0,1 % restante será de libre disponibilidad para uso personal de los dirigentes), exterminadas las individualidades, consolidado el país-colmena o la nación-termitera, desaparecida por inútil la propiedad privada, volatilizados todos los derechos y libertades, el ser humano desaparecerá tal como lo conocemos, y se convertirá en un vulgar insecto.
Todos los que pensemos distinto seremos ejecutados en pos del "bien común".
Estigmatizados por disentir, los argentinos que por ejemplo aún leemos y admiramos a J.B. Alberdi (sólo un fantasma del pasado, bah!) no podemos esperar otra cosa que ser salvajemente aniquilados.
Inexorablemente, la figura del estado creada luego de la Revolución Francesa para terminar con los abusos de la monarquía, se ha transformado en un monstruo insaciable, inyectando a los ciudadanos con altísimas dosis de estatolatría para que dejen de ser individuos y se transformen alegremente en meros dientes de un gigantesco engranaje.
Así, mientras las derechas y las izquierdas nos entretienen con sus discusiones interminables de dureza o blandura en las penas, el Estado avanza, y avanza más y más, disciplinándonos.
No está lejano el día en el cual en la práctica será imposible cometer ningún delito, salvo el improbable de oponerse a los designios del estado, lo cual será penado inmediatamente con la muerte.
El "hombre nuevo" devenido insecto carecerá de ímpetu delictivo, de creatividad y hasta de emociones.
Eliminados drásticamente los escasos "desobedientes" reinará la paz de los sepulcros, y la humanidad sólo estará preocupada en perpetuar la especie, como las abejas o las termitas.
La existencia y características de los Códigos Penales son la prueba más palpable del libre albedrío. Eliminado éste (meta final de todos los estados del mundo), no tendrán sentido aquellos.
Mientras esperamos que ese día llegue, jugamos inútilmente con las penas (en + y en - a diestra y siniestra) sin aportar solución alguna a un problema que no tiene solución hagamos lo que hagamos, hasta que no suceda lo que indefectiblemente sucederá.

MagnusGodmunsson dijo...

Totalmente de acuerdo.

Neurotransmisor dijo...

Es increíble lo poco que saben de derecho penal los abogados, y como confunden conceptos. Como decia Pareto, la irracionalidad es lo que prima en la conducta humana (también, claro, en la de los abogados).