We hold these truths to be self-evident, that all men are created equal, that they are endowed, by their Creator, with certain unalienable Rights, that among these are Life, Liberty, and the pursuit of Happiness.
-Declaración de la independencia de Estados Unidos
Si creen que sólo veo películas de mayas espetados o marines desintegrados por bombas de mortero, se equivocaron, por muy poco. Cada tanto veo algún drama. Concretamente fui a ver En búsqueda de la felicidad, coproducida y protagonizada por Will Smith, con actuación de su hijo Jaden Smith. Está basada en la historia de Chris Gardner, algo así como un luchador de la vida quien luego de pasar penurias económicas que lo dejaron en la calle -literalmente- se vería realizado al lograr acceder a un gran empleo y fundar posteriormente su propia compañía de corretaje de bolsa. La película, ambientada en el San Francisco de principios de los '80, revive la etapa más crítica del pasado de Gardner: Negro, desempleado, sin título universitario, con un hijo pequeño -retenido por el padre a toda costa- y una mujer que lo abandona, pero con un impulso y tesonería que, aún después de quedar en la calle, le siguen abriendo puertas.
No es que Gardner haya sido siempre homeless. En realidad tenía bastante seguridad con su familia constituída y un negocio andando, o creía que los tenía, pues fruto de un error consistente en utilizar todos los ahorros en caros aparatos médicos luego difíciles de vender, su economía se desplomó y allí de veras se las tuvo que ingeniar.
La obra, como retrato de la sociedad norteamericana, ayuda rescatar un mensaje de esperanza pese al malestar económico: nadie le regalará nada, y si hace algo realmente bien (en este caso que sirva para ganar plata), sin importar el color, la vestimenta o la situación económica, le será reconocido. Seguirá habiendo largas filas de homeless para pasar la noche en un refugio, pero nadie les garantizó la felicidad, sino sólo su búsqueda.
Chris Gardner trata de transmitirle estas lecciones a su hijo, como por ejemplo que nunca nadie le diga que no sirve para algo, buscando una manera alternativa de que comprenda la mala época por la que pasan, llegando por momentos a un estilo parecido al de la Vida es bella, cuando Roberto Benigni le enseña al hijo los avatares en que se encuentran inmersos como si un juego se tratase.
Quizás esta no sea más que otra típica pelicula sobre el sueño americano (con mucho de pesadilla, no obstante), pero si que es emotiva y muestra un versátil Will Smith lo suficientemente hábil para salir del rol de negro cool y meterse en el de una persona corriente.
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