domingo, diciembre 07, 2008

Mariano el espartano

Marianito Grondona en las Clases, dedicado cada vez más a la historia argentina, pugna por que la indagación en ese campo se comprometa a rescatar los mejores valores del pasado y transmitirlos a la actualidad. Marianito se manifiesta cultor de ciertos heroes pretendidamente inmaculdos, cuya vida vale la pena estudiar no tanto con el propósito de cultivarse sino de aprehender valores que -nos advierte- por cierto no han de ser interpretados según nuestros cánones.
Deifica así al llamado (por él y por otros), Santo de la Espada, un San Martín heróico e idealista, henchido siempre de coraje, repleto de honor, moldeado en bronce, y como es natural, carente de miserias o defectos. San Martin encarna todos los valores de la tradición guerrera, lucha y se desangra por la fe que lo empecina, etc. En fin, no quiero seguir mucho con el discurso ultramontano que caracteriza a una sola figura con todas las bondades humanas -y hasta inhumanas- y le atribuye todos los méritos, por ejemplo soslayando, tratándose del tema, de la participación británica en la gerra de independencia.
No puedo ni quiero juzgar el libro de Fernandez Díaz porque no lo leí, pero sí escuché dos "clases" de Marianito y me quedé disconforme con la insistencia en el enfoque casi mítico (épico lo llaman el autor y él), a mi entender ya superado.
En un momento Marianito dijo que en las guerras de la actualidad no hay más coraje: se aprieta un botón. Antes -siglo XIX-, el combatiente estaba tan dispuesto a matar como a morir, y sea que le tocara una u otra fortuna, en el desenlace el enemigo siempre terminaba mirándolo a la cara. Más adelante Marianito evocó gratamente este ethos aplicado a la conducta de los pilotos argentinos en la guerra de las Malvinas, estimando al máximo -y con justicia, comparto- sus hazañas. ¿Pero no era que, dicho por Mariano 10 minutos antes, en el acto de apretar un botón no hay coraje? Pues es lo que hicieron los pilotos argentinos al soltar las bombas y disparar los misiles sobre la task force.
Volviendo a cuál es la imagen a tener de San Martín, se sabe que no quiero restarle reconocimientos cuando por mérito propio bien ganados los tiene. Los hechos de armas terminaron demostrando cúan magnifíca fue su audaz estrategia, por no hablar -y tampoco ahorro adjetivos aquí- del notable liderazgo que habrá tenido para ser capaz de implementarla exitosamente. Sí creo, siguiendo a Garcia Hamilton, uno de sus biógrafos más críticos, en que la valoración hecha de él por las sucesivas y sobre todo recientes generaciones ha abusado del prestigio del Libertador para imponer un determinado modelo de sociedad, enraizado en la cultura hispánica, para la cual viene anillo al dedo la semblanza de figuras encumbradas por la práctica marcial. Ya Alberdi advertía contra este peligro, y Mariano no lo niega. Peligro comprobado en el manejo político hecho por Perón con motivo del "año del libertador", cuando intentaba burdamente identificarse con San Martín.
O en el mismo sentido, ¿qué hace si no Chávez al meter a Bolívar en todo, hasta en el nombre modificado del país? -de modo de no dejar a Bolivia como único país nombrado en honor al otro gran libertador-.
¿Pues qué persigue Mariano? ¿La unificación de todos los 'divisivos' argentinos atrás de un ícono común? ¿La adopción por parte de toda la sociedad de una suerte de código guerrero, al estilo del contrato Moral de Lilita, o más propiamente, el bushido? ¿Por qué el anhelo recurrente de los ultramontanos como Grondona de incorporar al santoral a San Martin, un masón anticlerical?
Algo de razón tiene Mariano espartano Grondona cuando admite que hoy tan solo plantearse estos valores de hace dos siglos resulta o suena anticuado. ¿A qué ambito social está pensando en extrapolar la disciplina castrense?.
Quien llegó a leer hasta acá tiene su premio. Mariano al final pronunció una frase que quedará en los anales, tímpanos y retinas. Un "alumno" estaba consultando si no era como demasiado bueno para ser humano, y no había que tener una visión más equilibrada sobre San Martín. La respuesta del espartano fue, irónicamente, lacónica:
Fernandez Diaz es el periodista jóven que ve las pepitas de oro entre la paja. Yo puedo dedicarme a la paja, o a las pepitas.


Parafraseando a 300 con la pertinente adaptación, Mariano Grondólidas podría haber cerrado gritando:
THIS IS C5eneeeeeee!!

6 comentarios:

hugo dijo...

dos cosas marcos:

1. sobre la guerra "a la antigua" (no soy un especilaista como vos) me llamó la atención una observación de un experto cuando señalaba, por ejemplo, lo difícil que era para los estados mayores saber lo que estaba pasando en el frente -a veces miraban con sus catalejos y solo veían una humareda y polvareda infernal- y cuando lograban desentrañar como iba la contienda y mandaban un oficial a caballo con las órdenes, muchas veces el conflicto cambiaba, por lo que esas ódenes eran ineficaces aún antes de ser comunicadas y tenían que mandar otro...

con esto quiero señalar como hoy -casi- las guerras se ganan con logística más que con coraje...

y el otro aspecto es el poder mucho menos destructivo de las armas antiguas, que entre la carga y descarga y vuelta a cargar, sumado a la imprecisión de muchos tiradores, hacía que fueran mucho más los heridos que los muertos, si bien probablemente por lo poco desarrollado de la cirugía, muchos terminaran muriendo a lo mejor después de la batalla...

2. creo que desde el comienzo, chavez fue lo más parecido al peronismo del 45, por lo que no me sorprende tu conclusión sobre el apoderamiento de bolívar, si bien el comandante fue más lejos, al incorporar a don simón a su organización ¿republicana?: república bolivariana de venezuela...

perón no pasó del "año del libertador genral san martín" y eso solo durante, 1950, casi en el cénit de su poder, las vacas flacas vinieron recién en 1952...

hugo dijo...

otro si digo marcos:

si lees el artículo de franco varise en página 25 de la nación de hoy sobre los autos de lujo, vas a ver que el "espírutu del éxtasis" del rolls royce es para el autor "el caballito alado (sic)"...

menos mal que no rebautizó alle nostri "cavallino rampante", "quadrifoglio" e "tridente" caro cattaneo...

una bicoca el jaguar, debe ser porque gordon tambien lo financia con fondos de los "pension funds"...

parcass dijo...

Marcos:

Hay un relato de Alberdi sobre un encuentro que tuvo con San Martin en Paris.(Esta en la web)

Es bueno conocer la opinion de JBA sobre SM (muy buena, desde luego).

Creo que lo mas importante mas que lo que realizo, es lo que no hizo:quedarse a tomar parte de las guerras civiles.Supongo que habria gobernado durante muchos anos.
ramon c

MarcosKtulu dijo...

Urgo-El Gran Conquistador, muy atinado lo que disparás. En parte por esas dificultades de comunicación, es que San Martín lideraba él mismo las cargas, y aún así no era fácil coordinar los movimientos con otras unidades, como ocurrió con el desfase de la colmuna de Bermúdez en San Lorenzo.
Tradicionalmente para comunicar cierto tipo de órdenes se han usado banderas, aunque un estado detallado de la situación en el frente debía transmitirse personalmente o por mensajero. Ha habido otros medios como los clarines, luces, humo, pero el gran cambio en acercar el comando al frente vino con el telégrafo y sobre todo con el telégrafo inalámbrico y los equipos de radio.
En la Primera guerra mundial -ya con cableados telefónicos- era corriente que el enemigo o la artillería destruyera algún punto de las lineas y tuvieran que transmitirse los mensajes con corredores bajo las balas y las bombas. La película Gallipoli de Peter Weir, protagnizada por Mel gibson, gira en torno a estas dificultades de comunicación. Justo la película termina con la muerte del amigo de Mel Gibson en una carga insensata que Gibson como mensajero llegó tarde a revocar. Y termina con el adagio de Albinoni, espléndido.
Muy floja esa nota en general, Hugo Fangio. Fijate la calidad (resolución) de las imágenes. Típico material de relleno para un domingo. De todos modos estuviste atento. ¿Justificará buchoneárselo a Lucila, o la dejamos descansar, mañana que es feriado?
Fijate que en el chiste de enfoques los autos de lujo son metidos en el arca de Noe ;).
Ramón, sí, en los "viajes". Alberdi se va algo decepcionado. Como que se imaginaba otra cosa del libertador. Por ejemplo esperaba qu fuera más alto. Es típico, a los heroes se los cree grandotes. Ya que hablé de películas, y de una específicamente con Mel Gibson, pongo una cita de una de sus películas, Braveheart, donde le sucede algo semejante:

William Wallace: And if this is your army, why does it go?
Veteran: We didn't come here to fight for them!
Young Soldier: Home! The English are too many!
William Wallace: Sons of Scotland! I am William Wallace.
Young Soldier: William Wallace is seven feet tall!
William Wallace: Yes, I've heard. Kills men by the hundreds. And if HE were here, he'd consume the English with fireballs from his eyes, and bolts of lightning from his arse.
[Scottish army laughs]
William Wallace: I *am* William Wallace! And I see a whole army of my countrymen, here in defiance of tyranny. You've come to fight as free men... and free men you are. What will you do with that freedom? Will you fight?
Veteran: Fight? Against that? No! We will run. And we will live.
William Wallace: Aye, fight and you may die. Run, and you'll live... at least a while. And dying in your beds, many years from now, would you be willin' to trade ALL the days, from this day to that, for one chance, just one chance, to come back here and tell our enemies that they may take our lives, but they'll never take... OUR FREEDOM!
[Scottish army cheers]
William Wallace: Alba gu bra!
["Scotland forever!"]
Army: ALBA GU BRA! ALBA GU BRA! ALBA GU BRA!

hugo dijo...

me pareció muy bueno el chiste del arca...

en cuanto a lucila, te dejo el cometido, ya que -se lo dije, si bien no es su culpa- no tiene sentido señalarle errores al diario, que no se publican en la mayoría de los casos...

a propósito de san martín anciano y no pudiendo con mi animus propagandi sarmientino, transcribo las impresiones del sanjuanino cuando lo visitó, publicadas en viajes:

...el general las heras y otros restos del mundo antiguo, me habían recomendado con amor, con interés, que me recibió el buen viejo sin aquella reserva que pone de ordinario para con los americanos en sus palabras cuando se trata de la américa...

...he pasado con el momentos sublimes que quedarán para siempre grabados en mi espíritu. solos un día entero, tocándole con maña ciertas cuerdas...entonces animándose la conversación, lo he visto transfigurarse, y desaparecer a mi vista el campagnard de grand bourg y presentárseme el general jóven...entonces la reducida habitación en que estábamos se había convertido en país, en nación, los españoles estaban allá, el cuertel general aquí, tal ciudad acullá...

...¡ilusión! un momento después, toda aquella fantasmagoría había desaparecido; san martín era hombre y viejo, con debilidades terrenales, con enfermedades de espíritu adquiridas en la vejez; habíamos vuelto a la época presente y nombrado a rosas y su sistema. aquella inteligencia tan clara en otro tiempo, declina ahora...aquellos ojos...allá en la lejana tierra veían fantasmas de extranjeros, y todas sus ideas se confundían, los españoles y las potencias europeas, la patria, aquella patria antigua, y rosas, la independencia y la restauración de la colonia; y así fascinado, la estatua de piedra del antiguo héroe de la independencia parecía enderezarse sobre su sarcófago para defender la américa amenazada...

como ves todo muy conveniente para sarmiento: lucidez para hablar de bolívar, chocho por justifiar a rosas en la vuelta de obligado...

a propósito, una estación del metro de parís muy cheta se llama "argentina". en realidad se llamaba "obligado" y los nacionalistas lograron en el 30 que se le cambiara el nombre, aludiendo a la amistad franco-argentina...

Claude dijo...

Alberdi señaló en su tiempo que no se podía fundar un país de progreso mediante el culto a los guerreros. Un país de progreso tenía que fundarse mediante el culto a los innovadores de la ciencia, los artífices de la cultura, los emprendedores las industrias, de la producción y del comercio, etc. Esto no quiere decir que uno se vaya a convertir en un negador de la gesta de la Independencia, sino que no la va a hacer extensiva al los tiempos de paz y progreso. La discusión sobre San Martín y sobre cuál es la narrativa nacional en la que encaja mejor no tiene tanto que ver con San Martín en sí cuanto con la voluntad de los distintos bandos de desacreditar a los otros arrebatando cada uno para sí al “Padre de la Patria”, algo bastante ridículo en todos los casos, ya que no podemos atribuir a San Martín afinidades nuestras que eran ajenas a su época.