Salió un Yahoo un reporte de la Union Europea en donde se alerta sobre el creciente sentimiento de "Islamofobia" que hay en el viejo continente. Los musulmanes dicen sentirse discriminados y que se espera de ellos la asimilación.
Es la misma película de siempre; sólo cambian los personajes. La historia de Europa es tan larga y su composición demográfica tan diversa, que necesariamente han ocurrido fenómenos como el descrito en todas las épocas. Se da también que ocurren simultáneamente, aunque variando en intensidad, si se miran las expresiones habidas de antisemitismo desde siempre y con lamentable vigencia. En el padecimiento de discriminación, virtual o real, tampoco quedan exentos de sufrirla los cristianos, viendo que la tuvieron de mano de romanos en primer término, y a lo último por comunistas, aunque dicen que persiste en la forma de concesiones tanto al secularismo como al islamismo. Y esto sin hablar de las divisiones internas -hoy no más causa de derramamiento de sangre- del cristianismo que desgarraron al continente.
En Europa seguramente no haya identidad cultural alguna que no haya sufrido discriminación o persecución en algún momento. Discriminados lograron colocarse, a su turno, como discriminadores, de modo que siempre alguien se sentirá, con mayor o menor sensatez, apartado, excluído, perseguido. El ideal político es la convivencia pacífica que respete las diferencias, pero cotidianamente resuena más, pese a no ser la expresión mayoritaria, una puja por la primacía cultural. (Aquí hay un ejemplo de un grupo que quiere ganar terreno a costa del otro, y este a su vez no puede defenderse sino desplazando al primero).
Afortunadamente en y para Europa afloran, aunque regurgitadas, soluciones siempre originales. Un autor que ha estudiado al profeta Mohamed y no duda en calificarlo de conquistador jihadista, concluye con que en Europa se deben "revisar las políticas de inmigración".
Para muchos, -no sin razón- la víctima fue, es o será su propio grupo. El problema de esta visión es que a menudo desconoce la calidad de víctima del otro, precisamente en un continente donde todos tienen algo para reprochar. Para facilitar la convivencia es menester reducir a su mínima expresión los prejuicios que ya se han llevado cuantiosas vidas (víctimas) y alimentan dia a dia la xenofobia, el racismo, el antisemitismo (tanto hacia judios como a árabes), y demás expresiones que, lejos de ser meras señales de incorrectitud política, son un regreso a lo más olvidable de un pasado oscuro.
lunes, diciembre 18, 2006
Multiculturalismo en problemas
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1 comentario:
"Para muchos, -no sin razón- la víctima fue, es o será su propio grupo".
Exacto. Es lo que dice Sebastian Haffner a proosito de por qué los nacional socialistas tuvieron tanto éxito entre la población alemana de entonces:
porque los alemanes pequenos burgueses de entonces se consideraban víctimas, desplazados injustamente por los otros,
y, si tú ves la motivación de muchos xenófobos europeos de hoy (en Espana hay miles de personas que piensan así, las lees en los comentarios de los blogs xenófobos de la Madre Patria) es la misma:
me tratan mal, no reconocen lo fantástico que soy,
hace no mucho, apareció un chico espanol en mi blog, que planteaba esto mismo... y los culpables eran, como siempre, los musulmanes.
En el fondo, es un complejo de inferioridad de quienes se creen desplazados...
Sls Mc! Tus arts., tan buenos -y saludablemente polémicos- como siempre!
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