miércoles, diciembre 20, 2006

El levantamiento de Kengir

El artículo destacado del dia en wiki trata sobre el levantamiento de Kengir. Kengir era un campo de concentración (como parte del Gulag) soviético ubicado en el centro de Kazakhastan donde en 1954 (un año después de la muerte de Comrad Stalin) se protagonizó un levantamiento que duró 40 días, durante los cuales los reclusos gozaron, dentro de los límites del campo, de gran libertad, hasta que se restituyó el orden en un asalto feroz.
El artículo describe varios aspectos la composición de la población del campo. En él residían una buena cantidad de etnias, principalmente ucranianos, kazakhos y chechenos. La mayoría eran prisioneros políticos, combinados, deliberadamente, con una minoría de ladrones y sociópatas cuyo fin consistía en hostigar a los presos políticos. Importante tarea cumplían los delatores u informantes, útiles para que las autoridades del campo se adelantaran a cualquier intento de organización, fuga o revuelta.
Previo a comenzar la rebelión, los presos políticos se agruparon según su etnias y mantuvieron el silencio para facilitar la identificación y asesinato de delatores, que emprendían con un arma blanca hecha a partir de hojas de afeitar. Así lograron silenciar a los delatores y controlar a los ladrones, que se pasaron a su causa. Inciada la revuelta, los guardias, luego de matar varios reclusos y al verse desbordados, se retiraron a las afueras, dejando a los rebeldes con control del complejo. Tirando abajo la pared que los separaba, se unió el pabellón de mujeres con el de hombres, lo que dio paso a una experiencia en donde hasta hubo casamientos.
Los reclusos formaron un gobierno, con la idea inicial de hacer más precisa la negociación con los soviéticos. Como líder se eligió a Kutznesov, un coronel ruso, una nacionalidad propicia para representar la multietnicidad del grupo y la ausencia de animosidad contra los rusos. Kutznesov creó varios ministerios: el de agitación y propaganda para contrarrestar los intentos oficiales de hacerlos rendir; el de servicios y manutención, encargados de la ropa, zapatos, barbería, etc.; el de comida, encargado de racionar la reserva existente para meses); el de seguridad interna, que controlaba a la presos con intenciones de rendirse; el de defensa, para defender militarmente al campo, y por último el departamento técnico, ocupado por técnicos, científicos y profesionales para dar solución a distintos problemas (como arreglar el suministro de energía o establecer comunicación con el poblado cercano).
Durante gran parte del tiempo se negociaba con los militares soviéticos, a quienes se les demandaba:
punishment of the soldiers responsible for the murder of various prisoners and beating of women prisoners; that prisoners who had been transferred to other camps as punishment for participating in a strike be brought back; that prisoners no longer had to wear degrading number patches or be locked into their dormitories at night; that the walls separating camp divisions (namely between the men's and women's camps) not be rebuilt; that an eight-hour work day be instituted; that limits be taken off the number of letters they could send and receive; that certain hated camp guards and officials be removed from Kengir; and that, most importantly, their cases be reviewed.
Las demandas eran razonables y los militares en ocasiones dieron signos de acogerlas, pero en definitiva ya estaba tomada la decisión de asaltar el presidio, empresa a la que las autoridades se abocaron con la ayuda de 5 tanques, 90 perros y 1700 soldados bien equipados. En el trance los reclusos optraban por resistir, rendirse, suicidarse o esconderse. Los que se escondieron y posteriormente se rindieron en general conservaron su vida, aunque muchos murieron fusilados o por las heridas.
Todo tipo de conclusiones se han sacado de este episodio, las primeras de mano del autor Aleksander Solzhenitsyn que lo relató en detalle, como protagonista, en Archipiélago Gulag. Sabía que la resistencia no alojaba ninguna ilusión, puesto que no podía ganarse una opinión pública que la URSS no existía. Pero explicaba como, aun sabiéndolo, las protestas persistían porque la dignidad humana así lo requería.

3 comentarios:

Carlos dijo...

Marcos,
Conmovedora historia sobre el coraje sin esperanzas y la dignidad humana

Never give in--never, never, never, never, in nothing great or small, large or petty, never give in except to convictions of honour and good sense. Never yield to force; never yield to the apparently overwhelming might of the enemy.
Sir Winston Churchill, Speech, 1941, Harrow School

Marta Salazar dijo...

te pondré un link!

HABLAR SIN TAPUJOS dijo...

Un español vivió aquel levantamiento, se llamaba Julián Fuster Ribó.

http://hablarsintapujos.blogspot.com/2011/01/espanoles-en-el-gulag-julian-fuster.html

Muy bonito el artículo, saludos.