El libro de Norman Davies que a pocos meses de salido estoy leyendo de su versión original, debe estar vendiendo o prometiendo vender bien, porque a través de la edición de Planeta, ya ha sido traducido al castellano y "minicriticado" por ADN. Como tengo un par de finales próximos, momentáneamente lo voy a dejar de lado, por la mitad. Cuando lo termine merecerá de mi parte un comentario más extenso, pero no querría esperar hasta entonces para ir recomendándolo a todos los interesados en la segunda guerra y en historia del siglo XX en general.
Davies realiza un análisis crítico de los hechos militares y políticos y de la valorización de los mismos según la historiografía anglosajona, cuyo centro de interés, está muy corrido al oeste para el gusto del autor. Una relectura de los acontecimientos impone reconocer que la mayor parte de la lucha se llevó en el frente oriental, una conclusión constatada por todos los números: combatientes, divisiones, recusos, duración, muertos.
Si la historiografía militar occidental pone mucho empeño en conocer y condenar (aunque francamente se condena sólo) al enemigo nazi, Davies no escatima esfuerzo en recordar que el particular barbarismo entre paises totalitarios era un camino de doble vía, y pasa revista así a algunos crímenes soviéticos, como el sistema institucionalizado del Gulag, la intromisión permanente y la disciplina atroz de NkVD (sucesora de la Cheka), la hambruna en Ucrania, las purgas, y otras cuestiones conocidas -aunque selectivamente ignoradas de este lado, sobre todo durante la guerra-. Como la URSS recupera recupera el espacio que le corresponde en páginas tanto en proporcion al sacrificio realizado como a los excesos, recobra virtualidad su protagonismo -de la mano de Stalin- en las relaciones complejas, a menudo incoherentes, con: -los aliados occidentales; -Alemania, con quien se repartieron el este de Europa, ante la mirada impotente de los primeros: -los paises mismos del este de europa, antes y después de la llegada del ejército rojo, con buena parte de la narrativa dedicada Polonia; y los países o las minorías dentro de la misma URSS, como Bielorusia, que sufrió en su territorio el mayor peso de la guerra. Vale recordar, para quien quiera conocer más a fondo la URSS de antes de la guerra, el comentario de hace no mucho donde recomendaba el libro de Sheila Fitzpatrick.
Davies no deja de mencionar que, mientras Alemania y la URSS se acribillaban a más no poder, Gran Bretaña y EEUU hacían su aporte en producción material y abriendo frentes secundarios. Aunque no los pone en el mismo plano de los paises totalitarios, no los exculpa por los bombardeos estratégicos sobre ciudades alemanas (¿cómo puede decirse que los bombardeos sobre Coventry y Londres fueron criminales, y los que recayeron sobre Hamburgo y Dresden no?, incomoda), y en algo que también atañe los soviéticos como participantes de la conferencia de Potsdam, ¿por qué condenar sólo la limpieza étnica llevada a cabo por los alemanes, y no la que implicó expulsar a millones de habitantes de Pomerania, Silesia y Prusia oriental, territorios desde entonces pertenecientes a países del este de Europa?
La "victoria" no es algo tan simple.
sábado, noviembre 22, 2008
No simple victory de Norman Davies
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
5 comentarios:
Y de la destrucción del Japón, civiles incluidos, se acuerda este Davis?
La Moralidad Aliada.
No habla de la guerra del pacífico. Se concentra sólo en Europa.
lo de dresde marcos fue inexplicanle: era una ciudad abierta, histórica sin ningun valor militar y se usaron bombas incendiarias...
el responsable del magnicidio fueron churchill y sir "bomber" harris...
no en vano, ingleses y norteamericanos han aportado fondos para su reconstrucción y especialmente la de frauenkirche...
por lo menos en el bombardeo de colonia, la catedral quedó intacta -con algunos daños menores en vitrales- en medio de los escombros de la ciudad, y no era porque no se la veía precisamente...
claro, eso fue en 1941, mientras que lo de dresde fue casi al término de la guerra (febrero del 45)...
el sentimiento revanchista de tal acción innecesaria fue evidente...
Muy buena la “presentación”, Marcos. Tengo pilas de cosas para leer sobre historia, y me parece que no las voy a leer nunca, así que trato de guiarme por lo que puntualmente recomiendan otros.
Hugo del Carril, Churchill tiene las manos manchadas de sangre, cenizas y escombros. Comparto que lo impulsaba el ánimo revanchista. Y hay que estar atento a esta idea de Davies, no se si original: no pudiendo participar Gran bretaña y EEUU en un frente principal como el del este, se dedicaban al bombardeo estratégico. Sin embargo, como bien apuntás, aún luego del desembarco de Normandía continuaban dichos bombardeos...
Claude: hay que leerlas en el momento (o en el orden) que más te atrae. Ese interés a veces se prende y apaga (sobre todo prende) así como nada o con muy poco estímulo. Si este u otros posts alcanzan para reencarrilar un interés pasado o descubrir uno latente, me quedo sumamente satisfecho.
Publicar un comentario