El negrito Oro, el reconocido homo sapiens de las frecuencias neoderechistas, le hizo una entrevista a Alberto Fernandez que por momentos rozó la obsecuencia y la demagogia. El negrito sólo decía "ajá", "hmjú" y "la gente". Alberto Fernandez hablaba pestes de la derecha, pero replicaba al negrito en sus mismos términos: "la gente" esto, "la gente" lo otro.
¿Cual es el límite entre tratar bien a un invitado y ser obsecuente? El Dany lo fija. A la verga con Marianito, adelante con los soliloquios de los invitados del negrito Oro. Hmjú, ajá. Tema libre: la gente.
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2 comentarios:
mi madre marcos solía decir que "lo cortés no quita lo valiente"...
el "conductor ideal" para mi debe dejar hablar a su invitado -no como bonelli y silvestre por ejemplo, quienes cuando aún el invitado está respondiendo una pregunta lo cortan con otra que no tiene nada que ver- pero no debe pasarle por alto nada, y mucho menos dejar la pelota picando, cuando responden alguna inexactitud, como hacen la mayoría de los conductores de programas de entrevistas...
Alberto Fernandez es el mismo que estuvo con Menem y ahora habla pestes.
Es peor que el Negro Oro esa basura con bigotes y toda la lacra de este gobierno nefasto.
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