Había impedimento para que las personas de dignidad senatorial y sus hijos contrajeran nupcias con quienes ejercían profesiones u oficios deshonrosos (personae adiectae), como los actores, histriones, gladiadores, dueños de casas de prostitución, etcétera. El emperador Justino abolió esta disposición para posibilitar el matrimonio de su sobrino Justiniano con Teodora, mujer que había habitado en el Embolum, famoso pórtico de la prostitución, donde ella después hizo levantar el templo de San Pantaleón.
Luis Rodolfo Argüello, Manual de derecho romano, p. 430.
Me recuerda al chiste tonto de que los romanos usaban centuriones para que no se les cayeran los pantaliones.
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