Sugiero un ejercicio: contar la cantidad de libros empezados a leer dentro del último año y los terminados. Con lo primero en el denominador y lo segundo en el numerador, obtenemos (lo estoy inventando acá) el índice de ansiedad bibliográfica. Algunas reglas y definiciones metodológicas:
1) Solo lectura de esparcimiento. No va lectura mandada a leer en un ámbito académico-formal, aun como bibliografía optativa. Cualquier género sirve, menos los de puras fotos o ilustraciones.
2) Debe tener al menos 150 páginas. Los muy largos o de varios tomos siguen contando como uno. (A veces la lectura inconclusa de un libro largo representa más páginas que la lectura completa de un libro corto, pero a los efectos de este índice, debemos tomar cada libro como unidad homogenea). En el caso de los ebooks, solo se cuentan los terminados, no los empezados, pues entre los digitales solo son valorados con entidad real de libro los terminados.
3) El libro debe haber sido empezado o bien terminado dentro de los últimos 12 meses. Se define como libro empezado todo aquel que habiéndose iniciado dentro del último año, tenga leida la totalidad de al menos el primer capítulo, además de la introducción, si la tuviera. No cuenta una lectura incompleta del primer capítulo o aun completa de los siguientes sin el primero. Terminado es el libro leido de tapa a contratapa sin exceptuar capítulos, cuya lectura se haya completado en el último año.
Mi resultado es 28 iniciados, de los cuales terminé 7. O sea 7/28, o 1 libro terminado por cada 4 empezados; o 25%.
La conclusión es que quien más atenta contra la lectura completa de un libro es...otro libro. La explicación es sencilla. Siendo el tiempo limitado, se elige, como dice el ejemplo clásico de los libros de economía, entre manteca y cañones. Habría que comparar con los resultados de otros, pero a primera vista podría considerarme bastante ansioso y curioso por adentrarme en el contenido de los libros, incluso sabiendo durante la lectura introductoria que no me propongo terminarlo en breve.
domingo, mayo 17, 2009
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9 comentarios:
uy, si yo hiciera la lista, creo que terminé muy pocos... es que si te das cuenta en la mitad del mismo, que el libro es una lata... no hay para qué seguir leyendo ;)
hay link en mi blog... a tu blog :)
a propósito de lo que dice marta, marcos, cuado era jóven estoicamente seguía con un libro,aunque no me interesara demasiado, hasta el final. me parecía que era injusto juzgarlo solo por las primeras páginas. ahora, si no me atrapa en las primeras, a otra cosa...
Yo no es que los deje tanto porque me aburran. Creo tener algo de intuición para saber elegirlos, si bien por error me he puesto a leer bodrios también en el último año, como El agente secreto o el del imperio Otomano. Me sucede más que entro en contacto con otro libro de mayor interés, aunque sea por curiosidad, y ahí cuelgo el o los otros. Por ejemplo, cuando salió el de Mack, en ese momento largué la lectura bastante avanzada sobre la guerra secesión.
A mi me pasa como a Hugo. La regla es leer el libro hasta el final por más que sea un poco denso o pesado. Hay como una obligación moral a terminarlo, a finalizar lo empezado. Y además la manía propia de no poder aceptar haber comprado un libro y después dejarlo a las 100 páginas...
Igualmente cuando es muy pesado lo voy a dejando a medida que pasa el tiempo. Cada vez leo menos, y de repente el libro queda relegado y espera ser terminado algún día...
Hay caso en que directamente lo dejo de una a las pocas páginas. Eso me pasó con un libro que lo compre por la tapa, y por una buen resumen en la contratapa. Después me di cuenta que el tema no me interesaba ni un poquito, y lo dejé enseguida.
O otro que compré, y después me percaté que no tenía las hojas cortadas...Claro, era un libro muy viejo, y debió haber quedado como saldo hacía unas cuantas décadas...
También me pasa que dejo un libro y no puedo empezar al otro. Es como una obligación que me persigue, y no me deja empezar. Siento que si leo el nuevo sin terminar el anterior estoy salteando algo. Locuras de cada uno...
Y la clásica por lo menos para mí es empezar a un ritmo muy alto de lectura, e ir decayendo a medida que pasa el tiempo, para después directamente dejarlo. Por eso siempre dijo que hay que aprovechar el momento donde se tiene el mayor interés, y leer lo más posible.
sí, Hugo, yo llego hasta la mitad, para saber cómo es; la otra técnica, es leer sólo los capítulos que te interesan ;)
bueno Markus, pero a veces me los regalan :)
veo que Iván es muy disciplinado!
Un abrazo a los 3!
Bueno Marta, pero aunque te lo regalen, tampoco te pongas a leerlo si no crees que va a ser de tu interés.
Bueno, para una persona que al día siguiente de haber terminado o abandonado algo no distingue entre “ayer” y “hace añares”, es decir, para una persona como yo, esto es también un duro ejercicio de memoria. Solo he releído cosas, a veces por placer y a veces para buscar información. Lo nuevo lo he hojeado para revisar títulos y temas, nada más. Mi resultado es 0 leídos de 0 empezados.
Markus. El caso me recuerda el personaje de "La Guerra & la Paz", el conde Nikolay Rostov. Al final del libro, el conde se instala en su casa de campo y se dedica pacientemente a leer libros de historia, cuidando puntillosamente terminar uno antes de empezar otro ... Por otra parte, me da gusto saber que "El enigma de Mariano Moreno" no figura en la lista de los abandonados...
Claude, releer es lo mejor. Tengo un amigo que relee todos los libros que lee. Después también tengo otro que como vos, saca 0/0, pero si tuviera que releer alguno, tendría que empezar por leer un libro primero.
Agustín, no se si terminaste la Guerra y la paz, pero que lo empezaste seguro!
Por todo lo que vengo diciendo, la única forma de que no hubiera terminado tu libro es...que inmediatamente hubieras sacado otro, superponiéndose.
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