lunes, diciembre 10, 2007

Leones para lobos, cabras para corderos, pinguinos, ¿Cómo era?

Bueno vi Leones por corderos, o como se llame, y la verdad que me dejo gusto a nada. Tan insulsa es que por momentos creía estar viendo cine argentino. Son 3 historias, 2 remotamente conectadas y una apartada. En la que no tiene relación con las otras dos está Robert Redford -profesor universitario- dialogando largo y tendido con un alumno, en lo más aburrido y deslucido de la película. Hablan...pavadas. Como dije el otro día, me convenció mas cuando Robert Redford hizo de Coronel a la cabeza de un motín en una cárcel militar. Su otra película de los 70´s a gusto de Hugo no la conozco, pero seguro es mejor que esta.
La otra historia, la del Senador Tom Cruise -un neoconservador acérrimo en ascenso- con la periodista Merryl Streep es más interesante pero no menos acartonada y exagerada en clichés discursivos. Básicamente consiste en una discusión, civilizada -¿será esa la novedad?-, entre una postura pura y netamente neoconservadora con otra muy crítica de la política norteamericana en medio oriente. En el intercambio trillado de argumentos la periodista siempre tiene la última palabra, evidenciando el sesgo anti-republicano de la película, lo que en sí no es criticable, pero de lo cual ya existe material sobreabundante en la prensa cotidiana. Vuelve al debate de cuál debe ser el rol de los medios en una guerra. ¿Apoyarla? ¿Informarla objetivamente? ¿Criticarla?. La pregunta aquí era si puede informarse objetivamente de una guerra sobre la base de información exclusivamente gubernamental, como era la proporcionada por Tom Cruise al revelar en primicia los detalles de una especie de surge aplicada a Afganistán.
La tercera historia transcurre precisamente allí, con dos soldados norteamericanos trabando combate con los talibanes, varados por el accidentado comienzo del operativo.
Un signo de corrección política: ni si quiera el neoconservador Tom Cruise, cuando alecciona con moralina sobre el insustituible papel de EEUU en la seguridad propia y del mundo, se atreve a usar la palabra Islam o musulmanes. Se habla de talibanes, wahabitas, iraníes, creencias medievales, pero nunca de Islam. Recordemos que en uno de los últimos debates entre los candidatos republicanos, Guliani y demás se apresuraron en marcar como enemigo público al islamofascismo (sobre el cual ninguna mención hacen los demócratas, casi simétricamente a las que el partido republicano puede llegar a hacer del calentamiento global).
2/5.

2 comentarios:

Claude dijo...

Se agradece la crítica. Yo había decidido no verla pero me había agarrado curiosidad.

Blogovido dijo...

Islam = elquetejedi