viernes, mayo 22, 2009

Sinfonía de la destrucción

En las cartas de lectores de La nacion de hoy tres personas presentan problemas que bien podrían resolver si se pusieran en contacto entre sí. Ivonne de la calle Florida quiere un espectáculo cultural gratis. Julio, también de la calle Florida, se queja de los flautistas de la peatonal; y Daniela de la calle O'Higgins está molesta con las ratas en su edificio. Aquí el modo de avenir a una solución:

Los vecinos de la calle Florida deberán conducir a los flautistas hasta Núñez, a fin de que éstos seduzcan con su música a las ratas y las lleven a ahogarse en el Rio de la plata. El lector que quería alejar los músicos del microcentro lo habrá logrado. El lector molesto con las ratas ya no tendrá plaga. Y el que quería un espectáculo cultural gratis, habrá presenciado una representación autóctona del Flautista de Hamelín. Eso sí, como en el cuento original, surgirá la cuestión de quien paga por la función...

4 comentarios:

hugo dijo...

¿no te parece en general pobrísimo marcos el nivel de las cartas que publican en la nación?

lo cual, no solo habla de los remitentes, sino del propio dirio...

MarcosKtulu dijo...

Si Hugo de Hamelín, me di cuenta de eso cuando publicaron la mía... Mucho ha pasado desde entonces y el nivel no se ha recuperado. Aparte todo queja, con excepción de la última que siempre es para agradecer alguna intervención médica.

hugo dijo...

estás como groucho, marcos marx, cuando dijo que jamás sería socio de un club que lo aceptara a el como miembro...

a propósito, no creo haber visto publicada tu carta a lucía sobre la palabra "fascismo", si esto fue realmente así, ratifica mi tesis de que no quieren dejar en evidencia los errores de un "peso pesado" del diario como el anciano profesor...

MarcosKtulu dijo...

Así es Hugo Mitre, Lucila no me publicó la carta. Era un error tonto, pero mi solicitud de aclaratoria un tanto ingenua le hubiera dado buen pie a Lucila para que se luzca (porque Lucila viene de Lucir). El tema era muy político, sensible, o tenía tratándolo a un peso pesado cuyo error no había forma de defender. A la enfermedad, el anticuerpo: cada vez me va ganando más la resignación. Ya no siento decepción cuando no me publican algo en La nación. Lo tomo como y de donde viene.