“La utilización de milicias privadas tiene la ventaja de que, cuando se producen bajas, pasan inadvertidas”, afirma John Geddes en su libro Autopista al infierno, donde describe su experiencia como mercenario en Irak.
Aunque teóricamente no están expuestas al fuego enemigo, en Irak las víctimas civiles acaban de llegar a 1.000, según The Washington Post. Pero esas bajas no suscitan ninguna reacción en Estados Unidos, donde sólo tiene repercusión política la contabilidad de militares muertos (casi 4.000).
martes, agosto 28, 2007
Le encontraron la vuelta
Tendencia: se privatiza la guerra.
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