Topadora Varizat

Primero que nada, y a modo de reflexión: Esa pasión que pone Varizat en arrollar personas tiene un origen bien definido en la vocación: Varizat, maestro mayor de obras, no es ajeno al uso de topadoras. Bien aprovechado, el incidente de hace unos días le puede servir para ponerse en campaña electoral. El apodo del olvidado "topadora" Domínguez volvería con "topadora" Varizat, y en la elaboración de sus políticas haría gala de su fama explotando al máximo su conocimiento y sobre todo sus procedimientos. En topadora, podría resolver los problemas de las villas, pasándoles por encima; del congestionamiento; de los piquetes; del transporte, llevando personas; hasta daría 'solución' a los problemas salariales, como demostró el viernes. El cargo de jefe de gobierno le viene al dedo, pero le queda chico. Soñar no es imposible; Varizat presidente: porque en la democracia también se necesitan topadoras.
Con el lector de feeds volví a blogs que creía abandonados. Recibí gratamente la novedad sobre el regreso del Analista Aficionado, amigo de Lobo, quien a su vez es amigo de Abigail.
El Analista analizó con bastante profesionalidad (salvo por cierto vocabulario reaccionario, "occidente", "islamofascismo") los problemas que plantea la inmigración en Europa, de la que hace unos dias se ocupara Fukuyama.
Otro "blog recuperado" (como las fábricas recuperadas) es Comentarius. Allí se plantea una interrogante razonable: si los prisioneros de guerra deben devolverse una vez finalizado el conflicto, los prisioneros de Guantánamo tendrán que aguardar hasta que termine la "Guerra contra el terrorismo?". Es obvia la pregunta a la que lleva: ¿Cuando termina la Guerra contra el terrorismo?. Para Ramiro, en Iraq y Afghanistán no estamos en presencia de una "Guerra contra el terrorismo", sino de guerras civiles. La cuestión tiene algo de sentido. La rimbombante guerra contra el terrorismo (war on terror) no es muy diferente a la "guerra contra las drogas" o la "guerra contra la pobreza", sin un enemigo y escenario claramente delimitado. Si los prisioneros (no presos, respetando la terminología) de Guantánamo tuvieran que esperar tanto como para la resolución de algo más parecido a una serie de conflictos militares como fueron la Guerra fria, mejor que se vayan acomodando bien. Es cierto, también, que a algunos de los prisioneros devueltos se los descubrió combatiendo de nuevo en Afghanistán, y que no siempre ha sido inmediata la devolución de los prisioneros tras la conclusión del conflicto, a veces demorando años -como en la segunda guerra- o sin que vuelvan en absoluto. Lo único que podemos hacer es dejar de hablar de guerra contra el terrorismo. Lo que no podemos hacer es ignorar sus efectos.