viernes, julio 24, 2009

El estado militar fiscal

Dedicado al Maestro Doctor Hugo Perini

Me metí en la lectura de los primeros capítulos de The Fiscal-Military State in Eighteenth-Century Europe de varios autores, un estudio comparativo sobre la capacidad de los aparatos estatales del siglo XVIII de hacerse de recursos para la guerra. Fue una época de marcados contrastes entre décadas de conflictos amplios y prolongados alternadas con treguas de recuperación económica y diplomática. Sigo de aquí en más la explicación de Hamish Scott en cuanto a la relación de los estados militar-fiscales entre ellos.
Para hacer el uso más inteligente de su cuota de poder militar en función de sus recursos, los gobiernos debieron adaptar los sistemas de contabilidad mercantil a las necesidades del estado, en un moderno antecedente de la actual ciencia de las finanzas públicas y su herramienta esencial con la cual calcular los recursos y los gastos, el presupuesto.
Un elemento tan básico como las tablas de doble entrada no fue incorporado por los estados -y en algunos casos solo temporalmente- hasta entrado el siglo XVIII.
El primero en producir algo semejante a un presupuesto fue Colbert con su "Memoria sobre las finanzas", en la que, finalmente ignorado, desaconsejaba a Luis XIV emprender una guerra contra Holanda.

Recien merituada en el siglo de las luces, la importancia de la información estadística radicará en su incidencia sobre las decisiones de los gobernantes, como lo ejemplifica la actitud de Luis XVI de abstenerse de intervenir, debido al estado de bancarrota de la hacienda francesa y la amenaza prusiana, en la crisis política de Holanda en la década de 1780.
Claro que una constante actual no podía estar ausente allí: una cosa es estimar ingresos y erogaciones y otra muy distinta es percibirlos y administrarlos de modo de hacerlos llegar a destino, una dificultad agravada por la burocracia ineficiente y la multiplicidad de agencias de recaudación, particularmente en Francia y Rusia. Mucho más eficientes eran la recaudación en Gran Bretaña con impuestos especiales (excise) y el gasto militar en Prusia.
Tomando en cuenta un enfoque largo del siglo (1688-1815) caracterizado por el aumento de inflación y el crecimiento demográfico, los ingresos aumentaron pero a menor ritmo que el gasto militar. La noción de estado militar-fiscal en el plano interno acentuó la necesidad de agilizar la administración, dentro del ciclo de coerción-capital elaborado por y citado de Charles Tilly (cuya lectura tengo pendiente), mientras en lo exterior fomentó la competencia estimulando nuevas fuentes de financiamiento.

La primera gran experiencia en la contracción de deudas, la de Holanda, le permitió mantener cierto protagonismo en las relaciones europeas durante la segunda mitad del siglo XVII, hasta que el costo anual de los intereses desde 5,7 millones de florines en 1680 a 14,5 millones en 1728, lo obligó a reducir sus fuerzas armadas a una cuarta parte y perseguir una política de neutralidad. No obstante, los problemas financieros continuaron y para 1806 el pago de intereses insumía 41% de todo lo recaudado, 10 veces más que en 1640.
Las cuantiosas guerras de la monarquía Habsburgo llevaron a Austria a cuadriplicar la deuda entre 1700 y 1740 con 100 millones de florines, cuando la recaudación era de 22. En 1727 los servicios de la deuda representaban 27% del gasto anual. Por su parte, la guerra de los siete años arrastró a las finanzas austríacas más allá del límite:
The Austrian war effort was primarily funded by borrowing, and the state debt rose from 113 million florins to 285 million florins, seven or eight times annual revenue and 150 per cent more than the pre-war total.

Francia no estaba mucho mejor, pues a finales de los 1760s, su deuda se estimaba en al menos 2000 millones de livres, 6 veces las recaudación anual. Los gastos de repago consumían 60% de los ingresos, el doble que en 1753.

La deuda pública de Gran bretaña pasó de 16,7 millones de libras en 1697 a 40 millones en 1714 y 50 millones en 1720, aunque con una baja sucesiva de las tasas del 10 a 4%, posibilitada por el largo plazo de los préstamos, siempre garantizados por la confianza en una mayor recaudación tributaria (aumentada 7 veces en términos reales entre 1665 y 1790). La deuda nacional pasó de 2 millones de libras en 1688 a 834 millones en 1820. La deuda en Gran bretaña era 15 veces mayor que en Francia, y sin embargo el costo de pagarla era el doble en Francia (7,5% del PBI contra 3,8), aunque la deuda francesa era mucho menor (56% del PBI contra 182%).
Era Gran bretaña y no Prusia el quien más años pasaba en guerra:
Britain enjoyed plentiful and relatively cheap credit throughout her eighteenthcentury struggle with France and its allies. Thirty per cent of the costs of warfare were consistently met through such borrowing, and in the Seven Years War this figure approached 40 per cent. Only from the 1790s did it fall below 30 per cent.96 This structural advantage was why eighteenth-century Britain was able to be so bellicose and to fight for such extended periods. Counting the long eighteenth century as the decades from 1688 to 1815, the British state was at war for over half of this time: about 70 years out of 127. No other contemporary state, with the single exception of its great rival, France, approaches this total. By contrast, eighteenth-century Prussia, which unfairly enjoys a reputation for aggressive militarism, was fighting for a little more than one-fifth of this period. The Hohenzollern monarchy was undoubtedly a successful fiscal-military state – or rather a military-fiscal one98 – but until the 1790s it was also a power which sought to avoid warfare, and did so with some success.

Las consecuencias de la mayor 'aguante' de Gran bretaña fueron que pudo poner los términos en la mesas de negociación, a las que Francia en su crónica debilidad financiera oportunamente acudió primero (1748, 1763 y hasta 1783).
Otra consecuencia se desprende de la rivalidad naval. El costo de una actividad de capital intensivo (el promedio de vida de un buque de línea era 12 años) probó ser demasiado alto para la espalda francesa y el presupuesto y calidad naval se fueron reduciendo.
The resulting problems were particularly apparent during the Seven Years War, when the French fleet was first weakened by economies in 1758 and then, after a full-scale financial crisis in autumn 1759, completely disabled for the rest of the conflict by a shortage of money.111 The scale of these difficulties is apparent from the cuts made in the naval budget for 1760. In the previous year this had stood at almost 57 million livres, but for the next campaign Berryer, the naval minister, requested 40 million, was given authorization to spend only 30 million and actually received less than 24 million, representing little more than 40 per cent of expenditure in 1759 – a salutary reminder that allocations were often not paid in full, or anything like it. And, in any case, over half of this reduced sum was required to settle bills from the previous year.

El evidente deterioro llevó cada vez más a los ministros a concebir una estrategia de flotas combinadas con España, cuya sobre-dependencia de los recursos de américa lo hizo un aliado poco estable.
Prusia y Rusia fueron adoptando nuevos rubros impositivos como los impuestos especiales y el impuesto por cabeza, aunque proporcionalmente siguieron siendo más importantes las contribuciones en especie (granos, animales) y reclutas.
Para algunos estados, otra fuente de financiamiento eran los subsidios, principalmente provenientes de Francia y Gran bretaña como lo prueba, para el primero, el caso del Piamonte saboyano, y en el segundo, especialmente el de Prusia
During the Seven Years War the annual British subsidy to Prussia of £670,000 – even though it was only paid from 1758 to 1761 – contributed almost one-fifth of that kingdom’s total war costs and had the additional advantage of being paid in specie.

Durante el reinado de Federico Guillermo I (1713-1740) Prusia evitó incurrir en deuda alguna y su sucesor Federico el grande (1740-1786) apenas contrajo empréstitos internamente, manteniendo ambos el presupuesto equilibrado. Posteriormente Prusia tomó préstamos en la plaza de Amsterdam, como Rusia y Austria lo hicieron, además de allí, en las de Génova, Milán y Bruselas.
El ritmo de las guerras revolucionarias y napoleónicas impactó en las finanzas de todos los participantes, trayendo a la palestra a unos y noqueando a otros, provocando que en su transcurso hasta Gran bretaña debiera introducir un impuesto a la tierra. Pero el precio pagado por participar en las 7 coaliciones logró dejarlo posicionado como el mayor y quizás único ganador de la contienda.
Britain, of course, was the only state to be a member of every single coalition against France between 1793 and 1815. Financial resilience, together with the navy that Britain maintained, the subsidies it paid and, eventually, the army it despatched to fight on the continent, brought about the defeat of France. Britain’s foreign secretary, Lord Castlereagh, did much to shape the final settlement concluded in 1814–15 and to bring about the realization of british strategic and commercial interests. A t the same time, London was becoming Europe’s leading financial centre, as the French occupation of Amsterdam first weakened and then destroyed its role as a source of government borrowing. London’s rise and Amsterdam’s eclipse underlined the fact that Britain’s emergence as a E uropean and world power ultimately rested on the distinctive and uniquely successful fiscal-military state which it had evolved during the long eighteenth century, and on the Financial R evolution which had done so much to sustain this.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Andas leyendo el libro completo Marcos?

Recomendaselo a Gerardo , asi deja un toke la ignorancia en tema gral.

Saludos , La napia con H1N1

hugo dijo...

muy buen post inspector de finanzas marcos colbert de cattaneo und zu ktulu, especialmente por los comparativos, no es información muy sencilla de hallar...

a propósito de los inspectores de finanzas en francia, en las afueras de parís está el castillo de vaux-le-vicomte construído por uno de ellos, nicolás fouquet, y en cuyos jardines se inspiraron luego los de versailles...

un día llegó el jóven luis XIV y fouquet lo agasajó en la cena sacando su mejor vajilla -de oro macizo-, fue lo último que hizo: ya que el rey sol lo hizo encarcelar hasta su muerte, convencido que le robaba...

gran bretaña siempre financió las guerras con empréstitos, incluso la última gran guerra mundial. si te fijás aún cotizan en la bolsa de londres los war loans al 3,5%, ya que no tienen fecha de vencimiento -son una perpetuidad- como ves a un interés ligeramente menor a los de la época napoleónica. lo que es ser buen pagador!!!

Carlos dijo...

Muy ilustratuvo el post, Marcos. Respecto de la anécdota que cuenta Hugo, mi gusto por la historia de Francia surgió (como en muchos casos) de la lectura de Dumas a la que me habían introducido algunos amigos cuando tenía nueve años. Dumas se ocupa largamente de la rivalidad entre Colbert y Fouquet y muestra su preferencia por este último; yo era furiosamente "fouquetista" y lamenté la mucho su caída.

MarcosKtulu dijo...

Napia, por ahora me quedé acá. Prefiero seguir adentrándome un poco más en la temática general del siglo XVIII antes de leer sobre algún estado puntual, y aun así tendré que ver cuál.
Hugo, a Luis le gustaba que los cortesanos compitieran en boato, total eso no hacía más que demostrar la la invenciblidad del rey sol en este rubro, pero si se sintió amenazado por Fouquet, no hubiera servido que el encartado se excusara -como se ha hecho por acá- por "robar para la corona".
Será por los préstamos e intereses que conseguían, que del otro lado del charco los chancellors exchequer no terminaban así.
Carlos, lo más cerca que habré estado de Dumas es algún ventanal merecedor quizás del nombre de "los tres mosquiteros" (no llegaba a 4).