It was not until the middle of the Napoleonic Wars that the concept of the levée en masse, first proclaimed by the French Assembly in 1793, became anything like a reality. Lazare Carnot might have been eulogized as the ‘organizer of victory’, but Napoleon and his Imperial bureaucrats and military officials succeeded in mobilizing a far greater percentage of France’s manpower and other resources for their war effort than their Revolutionary predecessors, thereby exploiting thoroughly the intertwined notions of conscription and guerre à l’outrance. If, amounting to 200 000 men, the Grande Armée which he led into Germany in 1805 was probably the largest single field force Europe had ever seen, the host he amassed for the invasion of Russia was three times the size. While both of these campaigns were underway, moreover, he had scores of thousands of other troops protecting or consolidating what was to become the most expansive empire since Roman times. This situation persisted even after the disastrous retreat from Moscow, when, in Germany alone, Napoleon was still able to raise no fewer than 575 000 fresh soldiers, mostly conscripts, to supplement the veteran cadres he withdrew from Spain and Italy and the dregs of the old Grande Armée. Faced with such quantitative strength, his adversaries had no alternative other than to activate their own manpower on a similar scale. They eventually rose to the challenge, however, with the result that battles became ever grander affairs. Wagram in 1809, in which 161 000 Austrians backed by 534 guns were pitted against 180 000 French and allied troops with 488 guns, was the largest battle the gunpowder age had witnessed. But even this was surpassed four years later, when, over three days, all of 520 000 soldiers with some 2070 guns clashed around Leipzig along a front which at times extended for up to 42 kilometres.
-David Gates, Warfare in the nineteenth century, pp. 32-33
lunes, julio 13, 2009
No por nada se llamaba Grande
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14 comentarios:
no solo la armèe era grande marechal marc de la ktulu: hobsbawn calcula que el servicio de la deuda públca inglesa después de waterloo era equivalente al total de la deuda pública existente antes de napoleón...
Hugo Wellington, justo estoy viendo un documental de Nial Ferguson (The ascent of money, basado en el libro homónimo) en el que pone la clave de la victoria británica en las guerras napoleónicas en la capacidad de emitir bonos y la colocación de éstos en toda Europa (a cambio de oro) por parte de los Rothchild. Por sus servicios, además de comisiones, Nathan Rothchild recibió el título de Baronet.
natham mayer r. el fundador de la rama inglesa era una luz y frío como un témpano: no solo ganó plata financiando la guerra contra napoleón, sino con su resultado...
cuando los ejércitos chocaron en waterloo, el tenia que saber antes que nadie el resultado. se habló de palomas mensajeras, veloces barcos que cruzaron el canal -o una combinación de ambos- el caso es que natham lo supo antes que nadie...
inmediatamente fue a la bolsa y comenzó lentamente a vender, todos al verlo gélido vendiendo, pensaron lo peor: el triunfo francés, mientras sus agentes discretamnente compraban a precio de ganga...
cuando la noticia del triunfo llegó, rothschild era veinte veces más rico que al comienzo del día...
sus sucesores "redoraron los blasones" como diría la rama francesa: en tiempo récord consiguieron los fondos para que inglaterra comprara al jedive de egipto las acciones del canal de suez...
No hay caso Hugo, siempre la pegás!
Es posible que en el mundo de la historia de las finanzas haya muchas anécdotas, historias e incluso mitos sobre Rothchild. Ferguson cuenta que al enterarse Rothchild del regreso de Napoleon al poder esperaba una nueva guerra prolongada como la de 20 años recién acabada, así aconsejado por la experiencia reciente apostó fuerte al oro. Entonces se dedicó a acopiar todo el oro que pudo, dado que todo lo demás con el tiempo iba a perder valor. Bueno, enseguida se enteró de la derrota francesa y el precio del oro cayó estrepitosamente, con lo que la inversión resultó pésima. Para recuperarse -sigue Ferguson- debió esperar 3 años, momento en que hizo una venta masiva de acciones de cada vez menor valor, hasta desplomar el precio de todo el mercado (todos imitaban las operaciones de Rotchild) y volver a comprarlas por nada.
el cronista del venerable matutino porteño que cubrió el cocktail en la embajada francesa por el 14 de julio -lucas colonna-, comienza hablando de los que departieron "anoche", para pasar luego a referirse a que "...la lupa estuvo toda "la tarde"..." (ln de hoy, 15-7, página 7)...
Ojo con Wellington! Mi antepasada Fanny Reed, en sus memorias, cuenta un encuentro con el Duque allá por 1820; él la trató de "my dear cousin". Estaban emparentados, aunque de maneara lejana!! Uso la anécdota contra los 2 o 3 irreductibles bonapartistas de mi familia. A part ça, de qué le sirvió a Boney su Grande Armée? Si dejó el territorio de Francia más pequeño que el que encontró ... Ditto para Louis XIV, by the way.
Saludos,
Macks.
Hugo pensé que La nacion de hoy había venido armada con moño y todo para vos. Una señora que habla del Colón, un artículo de Beatriz Sarlo con un dibujo de Kirchner tocando Bela Bartok, un artículo de ViSSente MaSSot...
Agustín, sos todo un duque. Capaz que si te metés a ver el listado de la linea de sucesión al trono británico aparecés 800 o por ahí. En sentido contrario al trato de tu antepasada con Wellington, ayer o anteayer leí en otro blog un comentario lateral sobre él: "En Cuanto a Nelson; me da la impresión de que el pueblo británico siente más simpatía por él que por el otro gran héroe, Wellington, que era un personaje muy difícil y con un carácter duro e inflexible. Wellington murió muy viejo y fue ministro de guerra varios años; dicen que se negaba a evolucionar y seguía aferrado a la doctrina militar de las guerras napoleónicas"
Y sí, la Grand armee no sirvió de mucho más que para llenar temporariamente la ambición de Boney. Pero 0j0, es una conclusión muy british-sided. Así fue el romanticismo, distinto de lo que inicialmente indicaría el nombre: gente matándose por causas que no entiende pero las siente.
no solo e materia militar lord mark: nadie supo explicar nunca el porqué -debido a lo limitado políticamente hablando del personaje- pero en medio de cada crisis, cuando vivía, era común que todos peregrinaran a la casa de wellesley para ver que hacer...
Hugo. Es cierto lo que decís. De hecho (debo admitirlo) mi antepasada Fanny cuenta que fue a verlo para pedirle ... trabajo.
AM
El “old Duke” era un reaccionario incurable pero tenía un gran “horse sense” que le valió ser un permanente hombre de consulta.
Otra diferencia con Lord Nelson es que no odiaba a los franceses. En 1758 Wellington fue enviado por su familia a estudiar a la academia militar de Angers donde entabló sólidas amistades con varios nobles franceses. Lo mandaron a Francia para ver si lo arreglaban porque, contrariamente a sus hermanos William y Richard, era bastante vago, jugador e irresponsable, “the fool of the family”.
Una vez leí que la única ocasión en que se vieron Wellington y Nelson fue haciendo amansadora en la Colonial office, mientras esperaban ser recibidos por Lord Castlereagh (creo que en 1805). Wellesley, que era muy jóven pero ya bastante conocido, se acerco a saludar a Nelson que demostró ignorar de quien se trataba y habló permanente de sus proezas de manera fatua y sentenciosa. Parece que, al sospechar que estaba ante una persona importante, Nelson salió abruptamente de la sala, hizo las necesarias averiguaciones y retornó convertido en un cumplido caballero dispuesto a prestar atención a lo que decía el otro. Eran personalidades muy diferentes pero, años después de este episodio, Wellington reconoció las cualidades de Nelson e, incluso, dijo que nunca había tenido una conversación más interesante que esa.
Carlos, tu oportuna visita es para mí motivo de alegría, más todavía en un post inmerecido (ladri) pero donde también convergieron Hugo y Mack. Es histórico, como un Waterloo con Boney, Wellington y Blücher, o un Austerlitz con Boney, Alejandro y Francisco (yo sería algún elector chiquito, como el del palatinado . Justo es decir que la cita anónima en uno de mis comentarios te pertenece.
Lo de que no odiaba a los franceses me hace acordar a algo que cuenta Paul Johnson. Cuando Boney perdió en Waterloo, los ejércitos aliados se apresuraron a ocupar Paris, pero más la vanguardia del británico, pues no se quedó rapiñando en el camino. Wellington sabía la intención de Blücher de volar el puente de Jena, ingominioso para los prusianos, así que al llegar inmediatemente lo mandó a custodiar por centinelas.
estos teutones dinamiteros de parís, y la ciudad luz salvándose de los teutones dinamiteros, ya parece un clásico de la historia...
a propósito de topónimos parisinos "ignominiosos", la estación del metro 1 "argentina" se llamó hasta los años 30"obligado", en que un grupo de nacionalistas, apelando a la tradicional amistad cultural franco-argentina, logró que le cambiaran el nombre por el actual...
otro sí digo musicólogo cattáneo: con relación a su mención a mi admirado bela bartok, y con relación al dibujo del pianista ¿néstor? que acompaña la nota de beatriz sarlo en la nación de ayer nadie conoce sus "danzas gitanas" del pentagrama, si sus "rumanas", las otras las compuso turina, no obstante, las sigo buscando a ver si las encuentro...
en cuanto a la edición de ayer del venerable matutino porteño, es cierto, coincidieron en ella columnistas que trataron temas que me ineteresan. falta de tiempo hizo que no pudiera referirme a ellos en el blog, cosa que he remediado hoy parcialmente, con citas de sarlo y massot...
en cuanto a la señora de erize, y su conceptos, compartidos por mí, me lleva a pensar, que no obstante todo lo que ella ha hecho por la vida cultural de buenos aires, no es bueno ni para una entidad musical ni para una república estar presidida por la misma persona durante 55 años...
Marcos, por lo general no opino en otros blogs pero tus posts sobre temás históricos me resultan muy interesantes.
Es verdad que Blücher detestaba a los franceces que le habían pegado palizas épicas a su país, socio menor de Gran Bretaña, Austria y Rusia.
Por lo visto, siempre se gira en torno a Napoleón porque la estación de métro Argentine, que menciona Hugo, se halla en la avenida de la Grande-Armée.
En Roma está el Largo Argentina que muchos compatriotas con el ego hipertrofiado creen que tiene ese nombre por nuestro país pero la realidad es diferente
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