A quienes se agarraba in fraganti tras merodear por los parques, iglesias, baños y edificios públicos de Amsterdam y La Haya en búsqueda de compañia, tenían la desdicha de ser arrestados bajo cargos de sodomía.
De prácticamente no existir con anterioridad, las acusaciones escalaron esporádicamente a partir de 1676, hasta que en 1731 la Corte de Holanda se propuso 'exterminar el vicio hasta el fondo', posiblemente como expiación por graves inundaciones ocurridas. En poco más de dos años 75 hombres fueron ejecutados y cientos más escaparon al garrote huyendo.
Hubo rebrotes de homofobia en 1764, 1776, 1797 y casi todos los años en Amstedam desde 1791 hasta 1810.
Entre 1730 y 1811, cuando se introdujo el código napoleónico y se descriminalizaron las actividades homosexuales, cerca de 200 hombres habían sido ejecutados y la misma cantidad recluída en soledad.
El pensamiento corriente trazaba el origen de la sodomía en las provincias unidas a los enviados españoles y franceses que la habrían "introducido" durante las negociaciones de la paz de Utrecht en 1713. El 'vicio católico', como se lo conoció, se lo creía parte de una conspiración papista.
En Inglaterra la persecucion fue menor, aunque intensa. Entre 1730 y 1830 fueron juzgados 70 casos de sodomía en la corte criminal de Londres. Buena parte era condenada a la picota y expuesta públicamente para que los transeúntes les arrojaran 'barro, gatos muertos, huevos podridos, papas y baldes llenos de sangre, menudos y estiércol traídos por los carniceros de St. James market. Al igual que en Holanda, la existencia de la sodomía era atribuída a los extranjeros.
En Paris, para 1725 la policía poseía una lista (Grand memoire) con los nombres de 113 de los más notorios infâmes, entre ellos miembros de la nobleza y sus sirvientes. Las ejecuciones en Francia eran poco frecuentes pero espectaculares. En 1661, a Jacques Chausson y su ex compañero Jacques Paulmier (Fabri) se los quemó vivos por acosar a un adolescente. Durante el interrogatorio bajo tortura, confesaron haber solicitado afectos en nombre del marqués de Bellay y el barón de Bellefore. Allí concluyó el interrogotario. Como rezaba una canción popular posterior (La queja de Chausson y Fabri):
Si quemáramos a todos
Los que hicieron lo que hicieron
Entonces, desgraciadamente, en muy poco tiempo
Varios nobles de Francia
E importantes prelados
Conocerían a su creador.
En 1725 el jefe de policía Lenoir estimaba en 20.000 la cantidad de infâmes en la capital. Todo el siglo XVIII de París reportó 7 ejecuciones, 5 de las cuales además eran por robo y asesinato.
Una redada de 1749 concluyó con 234 sospechosos encarcelados, quienes en su mayoría cumplieron condenas cortas y humillantes, desde donde continuó, una vez concluídas, el ostracismo social.
En las notas sobre bibliografía complementaria el autor sugiere la lectura de Rictor Norton, un historiador de la homosexualidad. La sección de su página con valiosos documentos dan testimonio de los procedimientos abiertos contra homosexuales y su repercusión en la prensa.
-Tim Blanning, The Persuit of glory, pp. 80-85.
4 comentarios:
muy interesante! gracias Marcos!
Richar Norton, espero que no tenga nada que ver con el antivirus...
perdón Rictor Norton ;)
Delirantes esas creencias explicativas del fenómeno.
No sabía que el Código Napoleónico había abolido el castigo a la homosexualidad.
Muy buenos el tema y su exposición.
Ustedes porque son unos papistas, no podrían acceder al trono británico.
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