domingo, abril 26, 2009

El muñeco

Como terminé de leer American colonies de Alan Taylor, estaba por escribir un review en amazon, cuando me di cuenta que ya no dejan escribir a quienes no hayan hecho por lo menos una compra. Lo iba a hacer de onda, pero se joden ellos. Aparentemente se generaban abusos a partir de los reviews anónimos, así que para prevenirlos cortaron por lo grueso y dejaron afuera a quienes nunca ingresaron el número de tarjeta de crédito para comprar algo. Entiendo que a amazon sólo le interese la opinion de sus pasados clientes, pero no tienen por qué pensar igual sus futuros o potenciales clientes.

Una vez enlacé a un artículo sobre el principado de Hesse-Kassel, cuya actividad económica principal era...la exportación de mercenarios. Anduvieron bien bastante tiempo al servicio de Gran Bretaña, hasta que la sobreexplotación y la imposibilidad renovar el capital pincharon el negocio. Lawrence James (The rise and fall of the British empire, p. 112) da unas cifras contundentes al respecto.
19.000 alemanes pelearon para el ejército británico en la guerra de independencia norteamericana, 2/3 de ellos hessianos
3.000 desertaron
500 murieron en acción
4.500 murieron de enfermedades
El artículo citado además mencionaba a 1.300 heridos y entre 2.500 y 3.100 desaparecidos.
Sólo en la batalla de Trenton (la que siguió al cruce del rio Delaware congelado, inmortalizado en el cuadro de Emanuel Leutze, curiosamente un pintor alemán) 900 hessianos del cuerpo de 1.500 fueron capturados.


Caían como muñecos

El cansancio de la guerra hacían corriente ver escenas como esta:
En una reunión de gala ofrecida por el gobierno militar británico estacionado en Nueva york en Marzo de 1781 -a pronto de caer-, hubo baile hasta la una de la mañana, momento en que la cena fue servida. Las mujeres se fueron a las 3, después de lo cual 'los hombres cerraron filas y tomaron y cantaron hasta pasadas las 8 de la mañana cuando los pocos restantes se retiraron a otro cuarto a desayunar, desde donde algunos se fueron a dormir, algunos a visitar a sus parejas, y algunos al prostíbulo (bawdy house)'.
(Íbid, pp. 118-119).

Me recuerda a esas películas donde el Eje está perdiendo duro la guerra y los cortesanos no tienen mejor idea que enfiestarse. Se ve en La caída (2004), en Black book (2006) y en relación a la ocupación japonesa en China, en Lust, caution (2007). Un mecanismo de evasión, supongo.

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