viernes, febrero 29, 2008

La masacre de Katyn

Bajé y ví la película nominada al Oscar, Katyn (al que le interese...). Hacía rato estaba informado de los entreveros post-masacre gracias al buen artículo de wikipedia, así que no me sorprendió reencontrarlos aquí actuados y hablados en polaco. La experiencia no me evitó volver a la duda y la reflexión sobre cuánto significa la historia narrada.
Resumiendo el episodio histórico bajo examen: un grupo de hasta 22.000 prisioneros de guerra polacos, entre ellos la mitad de toda la oficialidad polaca, es hallada muerta en fosas comunes en el bosque de Katyn, en las afueras de Smolensk (400km al oeste de Moscú). El primer hallazgo lo realizan los nazis durante la invasión a la URSS en 1941. Después de múltiples pericias determinan que son prisioneros polacos capturados en la invasión rusa de 1939, quienes fueron fusilados en 1940. El régimen nazi explota obscenamente el macabro descubrimiento de la fosa común con toda la propaganda imaginable.
Cuando los rusos recapturan Katyn en 1943, mandan su propia comisión a investigar los hechos, la cual concluye la autoría de la masacre por parte de Alemania. En 1945 hubo una parodia de juicio en Leningrado, en un intento desesperado de inculpar a algún alemán por la masacre. En cuanto a credibilidad se refiere no tuvo éxito, como tampoco la moción por introducir la responsabilidad alemana en Katyn durante los juicios de Nuremberg.
En Polonia se prohibió y reprimió hacer mención alguna de la masacre de Katyn ligada a la Unión soviética hasta recién entrada la caída del comunismo. Un triste ejercicio de autoengaño, porque era vox populi entre los polacos que la autoría correspondía a la NKVD soviética.
Al asesinar a los prisioneros, la NKVD tomó la precaución de ejecutar a la mayoría por atrás de la cabeza con Lugers y Walthers, lo que me lleva a la siguiente cuestión: Cuando fraguaron en 1940 la escena para hacer aparentar la autoría alemana, ¿los soviéticos ya estaban previendo la invasión alemana? La documentación desclasificada demuestra por parte de Beria, en un memorandum, la puesta en conocimiento a Stalin del plan para con los polacos. Sin embargo, cuando Alemania dio comienzo a la invasión a la URSS, encontró a ésta pésimamente preparada, tanto que por parte de defensor no hubo recuperación del primer golpe hasta que el clima y las largas lineas de comunicaciones enemigas junto a la movilización de todos los recursos nacionales detuvieron el avance alemán, a 6 meses de iniciado el ataque. Es decir, por un lado preveían todos los pormenores en caso de que los alemanes encontraran las tumbas, de modo de inculparlos, y por otro reinó la desidia y desatención de la defensa ante la embestida militar nazi. Se me ocurre una salida al entuerto. Puede que la idea de ejecutar a los prisioneros con lugers fuera obra en el momento de algún oficial menor en el mando, o del mismo Beria, pero sin orquestarlo antes en la manera que finalmente se vendió. De hecho, se encontraron rastros de proyectiles de armas de fabricación soviética, y tampoco Stalin tenía por qué estar al tanto de tantos detalles. Después de todo, el objetivo principal de la operación era acabar con cualquier posibilidad de resistencia polaca (el país báltico una vez más había sido borrado del mapa), y no necesariamente atribuirla a un país para con quien regía todavía un pacto de no-agresión. Pacto entre países totalitarios, dicho sea de paso. Si hubieran querido ensuciar a los alemanes, no hacía falta ensuciar a un régimen que, como conoció horrorizado el mundo luego, se ensució él sólo con la perpetración del Holocausto. A la sazón los burócratas comunistas podían no conocer los crímenes nazis, pero si algo podían intuir era la capacidad de aquél regimen totalitario de cometerlos, por la sencilla razón de que miraban desde otro regimen totalitario, no menos criminal. Allí radica la tremenda hipocresía de todo este episodio. Los nazis encuentran una fosa común y ponen el grito en el cielo por el imperdonable crimen de guerra. Los comunistas recuperan la escena del crimen, la adulteran, y achacan la masacre a sus enemigos. Antes, en el momento, y después, ambos llevaban a cabo montones de Katyns sin inmutarse en lo más mínimo. Los crímenes masivos nazis acabaron una vez llegada la derrota total, mientras los soviéticos disminuyeron ostensiblemente a mediados de los '50s con la muerte de Beria y Stalin, pero se siguieron encubriendo con vergüenza los cometidos por parte de éstos últimos. Hizo falta que cayera todo el sistema comunista, que los polacos recuperaran las riendas de su país, que se entendiera que el totalitarismo nazi no era el único capaz de realizar crímenes contra la humanidad -además de que los alemanes los asumieran-, para que el mundo entendiera mejor lo que pasó en esos fríos bosques de Smolensk. Pidamos eso nomás. Que le den el oscar a la película portadora de la versión hasta hace unos años prohibida del otro lado de la cortina de hierro, es demasiado pedir.

5 comentarios:

hugo dijo...

"dueño de un poder ilimitado, su despotismo no conoció límites y fue capaz de aniquilar a los hombre moral y físicamente..."

(informe secreto de jruschov sobre stalin durante el XX congreso del PCUS el 14 y 15 de febrero de 1956)

Jorge S. King dijo...

Marcos, muy buen post. Impresionante realmente.
La verdad el régimen stalinista fue una verdadera porquería, es muy importante no olvidarnos de eso.

Marta Salazar dijo...

no sabes todo lo que te envidio!!!

ahora sí que me pongo las pilas para encontrarla! porque estas películas, acá no las pasan en el cine!

ni se encuentran en ninguna parte... pero a ver si me la consigo, te pondré un link!

1 abrazo!

Marta Salazar dijo...

Marcos! extraordinario!

te pondré un link, no sé si ahora el fin de semana... (curiosamente, mis estadísticas están muy altas hoy) o durante la próxima semana, cuando generalmente, llega más gente al blog...

en todo caso, en el blog de películas, estarás pronto, mil gracias, te pasaste, un abrazo!

Marta Salazar dijo...

ya está!