sábado, julio 29, 2006

Se viene la revolución

En el antiguo paraíso de la planificación y distribución, cuando se trata de burocracia, hay normas que están aceptadas. Pero con el alcohol no se jode. El otro día veía en reality TV (un canal donde pasan videos policíacos) un operativo de la policía rusa para desbaratar una banda falsificadora de vodka de exportación (el producto de marras era el prestigioso stoltichnaya). Por el entusiasmo que ponían las fuerzas de seguridad para encontrar la destilería clandestina, atrapar a la banda, (incluso interrogando de forma apremiante a miembros e informantes) y decomisar la producción (con varias cajas a punto de salir del país) quedó muy clarito que, aceptada la burocracia, pero también la mafia, aún así con el vodka no se jode.
En la tierra de vodka, ahora hay dificultades para conseguirlo. El alcohol está, y supongo que las ganas también, pero embrollos en la distribuición y comercialización están "secando" a la estepa.

RUSIA SIGUE SIN VINO
Las estanterías de las tiendas rusas en las que se encuentran generalmente lasa botellas de vino, whisky, brandy y licóres están totalmente vacías.

Fecha de publicación: 25/07/2006
Las estanterías de las tiendas rusas en las que se encuentran generalmente las botellas de vino, whisky, brandy y licores están totalmente vacías. Incluso la vodka empieza a escasear. El sector del alcohol ruso está en crisis por culpa de una reforma mal efectuada. Una ley que entró en vigor el pasado 1 de julio, obliga a los importadores, mayoristas y vendedores de alcoholes a pasar todas sus transacciones por el servicio informático público ( EGAIS), que tiene que identificar cada botella y procedencia de su contenido. Pues bien, este sistema no es operativo. Conectarse a él resulta imposible, el servidor está averiado la mayor parte del tiempo, y cuando funciona, sólo admite los envios de aquellos emisarios cuyos nombres figuren en una lista que está muy lejos de estar completa, según Dimitri Dobrov, portavoz de la Unión de Productores de Alcohol, que aglutina a los mayores productores de vodka. " La situación es muy triste ", suspira Dobrov. Hay otra razón que viene a gravar la crisis: cada botella tiene que llevar una nueva etiqueta fiscal, confirmando que se han pagado las tasas correspondientes. Pues bien, no hay nuevas etiquetas impresas en cantidad suficiente y las viejas han dejado de ser legales. Las tiendas tienen que enviar sus stocks de alcoholes importados a los mayoristas, que son los únicos que tienen derecho de colocar las nuevas etiquetas- y sólo seis meses para hacerlo - , pero éstos no tienen ni etiquetas para colocaralas en las botellas no espacio para almacenar las botellas procedentes de los minoristas. Las cosas tampoco están siendo fáciles para el vodka ruso, porque todas las botellas deben de ser enviadas de nuevo a los mayoristas, para que les coloquen las nuevas etiquetas de aqui al mes de septiembre. " Esto es un atraco a mano armada. Porque no es una cuestión de unos cuantos céntimos. Imagínese que hay que reenviar todo el stock de Kristal, la marca de vodka que detenta el 38% del mercado nacional ruso, desde Vladivostok a la fábrica de Moscú " , afirma Dobrov. Y añade " Hay una amenaza real de parar la producción, porque los almacenes no son elásticos y ya nbo hay sitio suficiente para almacenar todo lo que produce " .


Deseamos que los camaradas puedan resolver este mal "trago".

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